Fiesta frustrada: empate de amargo sabor para el Oviedo

El empate entre el Real Oviedo y el Huesca dejó esa sensación de frustración en la parroquia local. Más bien, ese rechinar de dientes de cuando has tenido algo tan cerca y finalmente se escapa. Los de Ziganda dejaron escapar una ventaja de tres goles tras una primera parte para enmarcar y terminaron empatando frente a un rival que nunca bajó los brazos.

Pocos, muy pocos parches se le pueden poner a la primera parte del Real Oviedo. Posiblemente la mejor de la temporada en cuanto a efectividad y juego ofensivo se refiere. Los azules se convirtieron en una máquina de matar durante la primera media hora.

Muy pronto abrió el marcador Borja Bastón tras cazar su propio rechace en el área pequeña después de un disparo. En el 22' llegó la primera obra de arte de la tarde. Obeng capturó un balón dividido y, con una preciosa chilena, lo puso en el fondo de la red provocando el delirio del Carlos Tartiere.

Pero no dio tiempo ni a saborearlo bien cuando llegó el tercero. También un golazo impresionante tras un disparo potentísimo de Carlos Isaac que acabó en la escuadra derecha de Andrés. El Oviedo era una apisonadora y pudo llegar el cuarto, pero Viti se topó con la madera.

En medio del éxtasis, el Huesca recortó diferencias por medio de Poveda y se hizo dueño del partido en la recta final de la primera parte, donde el marcador ya no se volvería a mover hasta la marcha de los jugadores a vestuarios.

En la segunda, todo cambió. El Huesca seguía dominando el partido y el miedo se metió aún más en el cuerpo de los jugadores locales tras el gol de Seoane, que metía en el partido a los oscenses. Mientras tanto, el transcurrir del encuentro era el mismo.

El Oviedo trataba de estirarse y el Huesca avanzaba y avanzaba. Y tanto fue el cántaro a la fuente que llegó el empate, obra de Ignasi Miquel. La obra de arte de la primera parte se convirtió en frustración. El Oviedo había dejado escapar la ventaja de tres goles que tenía y ahora tocaba volver a empezar, con poco más de 15 minutos por delante.

De ahí al final, poco sucedió. El resultado ya no se movió y entre los locales quedó la sensación de que se escapa de nuevo una bonita oportunidad para seguir soñando. Amargo final tras una primera parte de ensueño.