La derrota del Real Oviedo frente al Ibiza no estuvo exenta de polémica. El único tanto del encuentro llegó en una pena máxima en la que intervino el VAR, pero no para valorar la acción que reclamaban tanto la grada del Carlos Tartiere como todos los integrantes del equipo carbayón.
Hernández Maeso decretó la pena máxima después de que el balón golpeara en la mano de Rodri Tarín después de un disparo de Iván Morante. El central reclamó que la mano estaba pegada al cuerpo y, además, se dio la vuelta para protegerse del disparo.
A pesar de que el colegiado respondiese a las protestas de los jugadores indicando que el VAR estaba revisando la jugada, no fue esta acción la que estaba sujeta a examen, sino una anterior. Y es que se consideraba que Ekain había partido en posición antirreglamentaria.
Finalmente se consideró que el que a la postre fue autor del gol estaba en línea con el último defensor por lo que la acción fue validada y el delantero vasco convirtió el lanzamiento desde los once metros.
En el vídeo adjunto a esta noticia puedes disfrutar de la repetición de esta acción.