Además de detallar los cambios a nivel institucional que está viviendo el Real Oviedo desde la llegada del Grupo Pachuca, el presidente Martín Peláez se ha referido en una entrevista concedida a EFE sobre los cambios que ha habido en el apartado deportivo dentro del club. Estas son sus declaraciones:
Han sido cuatro meses que parecen dos años, y quizá no se vea, pero hemos hecho muchas cosas, muchos cambios cuyos resultados se irán viendo tarde o temprano. Estamos a tope, y muy contentos en ese sentido.
Sí. Cuando llegamos a Oviedo esa parte de la estructura estaba armada y no esperábamos tener que acometer esos cambios en el banquillo y en la dirección deportiva. Teníamos la esperanza y la ilusión de que iba a ir bien, y fue muy difícil esa situación. El día de Albacete fue especialmente complicado. Jesús (Martínez) y yo ya íbamos viendo que el equipo, independientemente de que los resultados fuesen malos, no jugaba bien. No jugábamos a nada. Y veíamos muy difícil salir del hoyo en el que nos estábamos metiendo si seguíamos con la misma gente.
El día de Albacete fue el detonante para tomar decisiones. Hace muchos años el Pachuca también peleó el descenso, pero hacía mucho tiempo que yo no padecía estar en esa zona de la tabla y las semanas que estuvimos ahí abajo no sabes lo duro que fue. No estaba ya acostumbrado a vivir esa experiencia y verse ahí fue terrible.
Por mucho optimismo que tuviéramos, si la cosa no funcionaba y volvíamos a perder, eso no te da. Por eso todo lo que vino después fue balsámico, sobre todo el partido de Granada por la necesidad que teníamos de ganar pero más aún por la forma en que lo logramos. Si tu escribes un guion para poder tener un partido que te sirva de revulsivo para salir de ahí, es ese: con un hombre menos, pero con tu gente metiéndote, con un golazo al final y ante un equipo de los de arriba. Fue maravilloso.