El técnico de la Real Sociedad, Asier Garitano, que vuelve el viernes a Leganés después de haber sido su entrenador durante cinco años, reconoció este jueves que será un partido especial porque Butarque es su "casa".
El preparador realista, que ha preparado con mucho celo este reencuentro deportivo, con todas las sesiones a puerta cerrada y la última de ellas en horario vespertino, habló tras entrenar a su plantilla en Zubieta de esta circunstancia, pero advirtió de que una vez en el campo su equipo es la Real y que luchará por llevarse el triunfo.
"Yo considero Butarque como mi casa después de tantos años allí y todo lo vivido pero ahora estoy centrado en hacer un partido competitivo ante un buen rival como es el Leganés", señaló Garitano en su comparecencia de esta tarde.
Adelantó que su exequipo "va a apretar mucho en ese campo", recordó que la pasada temporada "a la Real le tocó sufrir" y también que han sido "muy pocos los que han sido capaces de sumar en Butarque".
No dio pistas sobre le once que jugará en su antiguo estadio y declaró que está muy satisfecho con la plantilla que tiene, a pesar de que todavía falta cerrarla, ya que cuenta con "un equipo joven que ha demostrado madurez" en Villarreal, donde fue uno de los onces más bisoños de los últimos años.
"Para el club y para la afición es una buena señal que tantos jóvenes estuvieran en el campo. Hay que confiar en la gente que está aquí", subrayó Garitano, quien no quiso profundizar en las bajas que presentará en Leganés, entre ellas la del hasta hace muy poco estandarte de la Real, Imanol Agirretxe, que sigue en un túnel de lesiones que no termina nunca.
"El caso de Imanol es algo especial. Es evidente que ha sido un contratiempo que no gusta a nadie pero tenemos que asumir lo ocurrido", comentó Garitano sobre la lesión de uno de sus capitanes que estará varios meses de baja y que no levanta cabeza desde hace dos años y medio cuando se lesionó en el Santiago Bernabéu.