Un derbi no es un partido cualquiera. Más allá de los 3 puntos en juego siempre hay un componente más, y es la satisfacción de ganar al eterno rival con lo que eso supone a modo de inyección de moral y confianza.
Si además se tiene en cuenta que ni Real ni Athletic llegan cargados de puntos, con más motivo aún. Es cierto que las sensaciones con las que arrancarán cada uno son distintas. La Real viene de perder contra el Valencia en Anoeta, y los rojiblancos de empatar en el Camp Nou tras un buen partido. Pese a ello, los gipuzkoanos son 13° en la tabla clasificatoria con 8 puntos, mientras que los bizkainos son 15° con 7.
Dentro de que un derbi no es un enfrentamiento más para nadie, tampoco lo es para algunos jugadores, bien porque es la primera vez que lo juegan o porque vivirán situaciones especiales. Ese es el caso de Asier Illarramendi. El de Mutriku se ha visto las caras en más de una ocasión con lls de Ibaigane, pero nunca lo ha hecho con un brazalete de capitán en el brazo.
El 4 de la Real saltará al césped de San Mamés (si Garitano apuesta por mantenerlo en el once que será lo más probable y más teniendo en cuenta las bajas que hay en la plantilla) con la misión de dar 'luz' a su equipo en el medio del campo, y además de ser el encargado de dar 'voz' a sus compañeros. Tras muchos encuentros de la máxima rivalidad entre estas dos escuadras siendo Xabi Prieto el 'capi', esta temporada llegó el momento del relevo. El donostiarra colgó las botas este pasado verano, e Illarra tomó el testigo.
La Real además mostró su intención de convertirlo en su líder renovando a Asier Illarramendi hasta el 30 de junio de 2023 y con una cláusula de 50 millones de euros.