En las últimas temporadas, cada vez que se disputa un derbi, el foco parece estar puesto más en el post partido que en el propio encuentro. Las redes sociales, tan beneficiosas como nocivas en ocasiones, no han hecho más que agrandar lo que suelen ser conversaciones de bar y estadio. Uno de los temas estrella tras los derbis son las celebraciones de los equipos ganadores y, en estas semanas, están han cogido mucha relevancia.
Un derbi antes de un parón por selecciones siempre va a ser una bendición para un equipo, y una carga pesada para el otro. Siempre es así, aunque el choque finalizara en empate, uno de los dos conjuntos saldrá peor parado del partido.
Esta temporada, la fortuna quiso que la Real Sociedad y el Athletic Club vivieran tres derbis prácticamente seguidos, contando con los choques de los filiales y de los primeros equipos masculino y femenino. Es caprichoso el azar, que diría Joan Manuel Serrat.
En estos tres encuentros, la Real Sociedad salió victoriosa en dos ocasiones (primer equipo masculino y Sanse), por una del Athletic Club, la lograda en el derbi femenino del domingo 14. Goles aparte, las celebraciones tras la victoria han cogido una dimensión que, en ocasiones, ha eclipsado el propio resultado deportivo.
Digan lo que digan y, mientras se haga con respeto y sin faltar ostensiblemente al contrario, poder celebrar la victoria frente al clásico rival es una de las mayores alegrías que te puedes llevar en el mundo del fútbol, más si cabe, si eres aficionado del equipo vencedor.
Por mucho que se quiera ningunear al rival, o agrandar tu figura, los clásicos regionales, provinciales o conciudadanos son de vital importancia. Decir lo contrario es negar la mayor.
Por esto, tanto revuelo por cómo celebra la Real o el Athletic una victoria no tiene sentido. Tras los tres derbis, no he visto ninguna celebración que pueda ser ofensiva, o por lo menos como para que desde el otro lado se tenga que tachar al otro equipo de acomplejado, etc. Por más que quieran, nunca podrán matar la alegría del fútbol. Por mucho que lo intenten.