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Tres entrenadores en un año

Eusebio Sacristán, en Anoeta. (Foto: Real Sociedad).
Marta Gonzalo

La Real Sociedad debe estar rezando para que termine cuanto antes ya este 2018. Y es que no ha podido ser peor en cuanto a lo deportivo. Más allá de que el equipo haya llegado a este parón de Navidad clasificado en decimoquinta posición, y con tan solo cuatro puntos por encima de los puestos de descenso, el banquillo txuri urdin ha visto desfilar hasta tres entrenadores en un año.

Arrancó el año Eusebio Sacristán al frente del conjunto gipuzkoano, pero los malos resultados y la sensación de que al equipo en las últimas jornadas se le veía perdido llevó al Consejo de la Real con Jokin Aperribay al frente a destituirle el 18 de mayo. Con él se produjo además la salida del director deportivo, Lorenzo Juarros 'Loren'. Eusebio llegó a la Real en noviembre de 2015 para sustituir a David Moyes y logró enderezar el rumbo de un equipo a la deriva con el técnico escocés, y abandonó el club clasificado en 15º posición, al igual que ahora.

Tomó las riendas Imanol Alguacil, entonces técnico del Sanse, y logró enderezar el rumbo de la nave blanquiazul que estaba a la deriva. Aunque hubo un momento que incluso parecía que el equipo podía soñar con alcanzar la séptima plaza, al final los resultados flojearon al final y la Real terminó la temporada en decimosegunda posición con 49 puntos, a 9 del séptimo que quedó el Sevilla.

A la conclusión del curso el oriotarra regresó al filial y la apuesta fue por Asier Garitano, un técnico gipuzkoano que llegaba a su tierra procedente del Leganés, donde había dejado una magnífica sensación, y avalado por el actual director de Fútbol, Roberto Olabe. Con él legaron muchos cambios en el staff técnico, con la idea de hacer un proyecto de futuro basado en las personas y las "diferentes miradas" que podía aportar cada uno en su área, según palabras del propio Olabe.

Desde el principio chocaron los métodos e idea de juego del técnico de Bergara, que siempre fue claro al asegurar que no era partidario de sistemas de juego concretos, sino de adaptarse a las circunstancias de cada partido y de cada rival. La plantilla jamás se adaptó a sus ideas y así lo dejaron saber los jugadores. Aunque parecía que el equipo había llegado a un entendimiento con su entrenador, y que tras ganar en Levante la Real había encontrado el camino, nada más lejos de la realidad. Cuatro derrotas consecutivas han llevado a la destitución de Garitano.

Tras entrenadores en un año, dos de ellos completamente diferentes en cuanto a concepto de fútbol, y que sin embargo no han logrado estabilizarse en esta Real que siempre ha manifestado su intención de apostar por un proyecto de futuro.