Pasará mucho tiempo para que lo que le pasó a Luca Sangalli caiga en el olvido para el gran público. Lo más probable es que esto jamás suceda. Pero él tiene claro que es una cosa que no ha de ocultar. Por ello, valora cada instante más si cabe, y no se esconde a la hora de detallar lo que sucedió aquel día, el 31 de octubre de 2018.
"Estaba haciendo un examen a las 6.30 horas porque luego tenía entrenamiento. Eso me vino bien porque esto pasa cuando pasa, no tiene ninguna conexión con que estuviese haciendo nada. Si me hubiese pillado dormido habría sido peor porque no me hubiera dado cuenta tan rápido. Estaba solo en una sala y la profesora se encontraba en la sala de profesores", explicaba Sangalli en una entrevista a Noticias de Gipuzkoa.
"Empecé a notar la visión con destellos mientras leía un ejercicio, como estrellitas. Fueron en aumento, me empezó a doler la cabeza muchísimo, el brazo como que no lo podía mover... Intenté salir de clase, pero no conseguía ni mover la manilla de la puerta y toqué un poco la puerta, me la abrieron y los profesores me dijeron que estuviera tranquilo. Me bajaron a la sala de primeros auxilios de la universidad. Cuando pasó ya un rato que no me recuperaba llamé a Barrera, médico del club, que vino enseguida y ya empecé a vomitar y me dijo: Vamos para arriba, que esto es algo serio", añadía.
"Fui a urgencias, me hicieron un escáner, un angiotac, me llevaron a planta y cuando estaba en el pasillo vi que ponía Unidad de Ictus. Yo iba en la camilla sin saber lo que había pasado y me dijeron: Te traemos aquí solo para tenerte vigilado… Y luego ya me lo dijeron", relataba Sangalli en la entrevista, e insistió:
"Cuando llegué a planta ya me hicieron las pruebas neurológicas y vieron que no había secuelas. A partir de ahí me tuvieron que hacer pruebas, que fueron bastantes, para saber la causa, porque en una persona joven la causa es más rebuscada. Pero consiguieron localizar la razón, la solución y me dijeron que, una vez realizado el tratamiento pertinente, iba a poder volver a hacer vida normal y jugar a fútbol porque no implicaba más riesgo de que volviese a pasar. En ese momento sentí bastante alivio y tranquilidad. A partir de ahí la recuperación ha sido muy rápida porque no había lesión ni impedimento para poder entrenar. Y así, cuando he tenido el alta ya estaba al nivel físico".
La entrevista completa puedes leerla en este enlace.