Partido raro. Pocas ocasiones y un punto más ante un rival que demostró muchas carencias que no pudieron aprovechar los de Imanol. Empate justo aunque se esperaba más de una Real que sigue invicta en este 2019, pero que deja escapar una buena oportunidad de dar un salto importante en la tabla clasificatoria tras el empate del Valencia y la derrota del Sevilla.
Los hombres de Imanol trabajaron mucho, se pusieron el mono ante un Girona muy rocoso pero les faltó velocidad, verticalidad y un poco más de intención de hacer daño a la meta de Bono al que apenas se le vio, sobre todo en la segunda parte.
Un choque con una primera parte muy igualada, quizás con algo más del dominio de la posesión por parte de los realistas aunque sin grandes ocasiones de gol para los de Imanol salvo un lanzamiento de Juanmi. Sin prisas por atacar la meta defendida por Bono, la Real quería controlar el partido con cabeza y hacer largo el encuentro sabedora que en algún momento llegaría su ocasión. Al Girona, aunque no sufrió mucho en los primeros 45 minutos, se le notaba que no terminaba de estar cómodo con una defensa de cuatro en lugar de cinco bien armada atrás. Con un poco más de velocidad en el segundo tiempo, los gipuzkoanos podían asaltar Montilivi.
La segunda parte fue peor. Apenas entraron en juego los porteros y en los últimos minutos hasta se sufrió. Otro punto fuera de casa que deja a la Real a la misma distancia de Europa pero con la sensación de haber dejado escapar una ocasión buena para meterse de lleno en los puestos nobles.
Arrancó el Girona apretando muy arriba, conocedor Eusebio del gusto de los txuri urdin de sacar el balón jugado desde atrás.
Avisó ya Stuani a los tres minutos obligando a Rulli a emplearse con una gran parada y mandando el balón al córner. El conjunto gerundense jugaba más abierto que en la ida, por lo que los de Imanol podían aprovechar para tratar de hacer daño a los espacios.
No tenía prisa la Real que quería controlar el tempo del partido. A los diez minutos llegó el primer disparo de los realistas, pero el disparo de Juanmi se marchó fuera por poco pegando en el lateral de la red.
A Sandro le veía muy activo, con ganas de aprovechar su oportunidad, y estaba mostrando gran movilidad en ataque. De hecho de sus botas salió una buena oportunidad para los txuri urdin en el minuto 21. El canario cedió el esférico a Aihen, y al centro de este lo recogió Zaldua a cuyo derechazo no pudo llegar el de Coín por poco. La pelota acabó en el primer córner del encuentro para los de Imanol, aunque se botó sin consecuencias. Juanmi estaba logrande hacer buenos desmarques.
A la media hora de partido el marcador reflejaba el empate a cero inicial, aunque la Real ya había gozado de tres buenas oportunidades repartidas entre Sandro y Juanmi.
Los txuri urdin estaban jugando más en el campo del Girona que los de Eusebio en el defendido por Rulli, que apenas había tenido que intervenir en los últimos minutos.
El partido no estaba teniendo mucha emoción, pero lo tenía bien controlado la Real. Con lo que no contaban los blanquiazules era con el susto del Choco Lozano a diez minutos del final, que salvó el portero de La Plata haciendo un giro de tobillo que ni en break dance.
En los últimos minutos de la primera mitad los locales se animaron un poco más, ya que el choque había caído bastante en la fase final de la primera parte. Con el resultado inicial se llegó al descanso.
Los dos equipos salieron al terreno de juego sin cambios. A una buena falta bien botada por Sandro no pudieron llegar ni Merino ni Llorente. Hubiera sido el arranque soñado.
Los primeros minutos estaban siguiendo un guión parecido a la de la primera, con un Girona queriendo sorprender en el inicio, pero con una Real bien colocada en defensa aunque lenta en las transiciones. No obstante Eusebio había juntado más sus líneas, y a los txuri urdin les estaba costando más. La Real no terminaba de creérselo. El choque estaba siendo muy trabado con constantes faltas y hacía falta un poco más de garra. Era necesario hacer algo más para ganar. Y es que imponerse en Montilivi daba la posibilidad de dar un salto importante en la tabla, mientras que un punto te dejaba igual, y eso, en una liga tan igualada, era perder una gran ocasión de colarse en las posiciones nobles.
Zurutuza metió un buen centro a Sandro pero se adelantó Bono, y en el 67 estuvo a punto de cazarla Stuani. Menos mal que intervino Diego Llorente para despejar a córner.
El partido empezó a meterse en un peligroso ida y vuelta y eso, a los equipos de menos calidad como el Girona, les beneficiaba. Era necesario un cambio en el mediocampo. La sala de máquinas pedía a gritos a Rubén Pardo. Sin embargo el primer cambio fue el Bautista por Juanmi.
Estaba siendo un partido incómodo de jugar... y de ver. Se lo estaba poniendo complicado el Girona a los de Imanol. La segunda parte discurría sin ocasiones y a falta de diez minutos estaba siendo muy difícil de digerir.
El choque había entrado en los diez minutos finales en los que había que decidir si se daba el paso adelante necesario para ir a por el partido, o se daba bueno el punto y no había riesgos.
Y pronto quedó claro que mejor guardar un punto que quedarse sin ninguna. Y es que Borja García falló desde el punto de penalti un balón que lo más difícil era lanzarla fuera. Imanol no tuvo dudas. Tenía intención de meter a Aihen, y visto lo visto optó por dar entrada al final a Héctor Moreno para hacer defensa de cinco.
No dio tiempo para más, y la Real logra sumar un punto más que poco cambian las cosas. Los gipuzkoanos se quedan octavos con 35 puntos, a dos de la Europa League y a cuatro de la Champions a la espera de recibir al Atlético de Madrid el próximo domingo.
La Real jugará la jornada 26 contra el Atlético de Madrid en Anoeta, un partido que tendrá lugar este próximo domingo, a partir de las 18.30 horas.