El bloqueo de Sandro Ramírez, una cuestión psicológica

Sandro Ramirez no está viviendo una etapa fácil en su carrera profesional. El delantero de la Real Sociedad sigue gafado de cara a portería. Frente al Levante se volvió a evidenciar. Pese a las críticas, el canario agradeció en sus redes sociales el apoyo que la afición txuriurdin le brinda en cada partido.

La sequía de Sandro se remonta al 24 noviembre de 2017, fecha en la que marcó su último gol en competición. Entonces se encontraba en las filas del Everton. Lo hizo en la Europa League, en un partido frente a la Atalanta. Su tanto supuso el 1-2 en el electrónico, en la derrota por 1-5 y sin posibilidades para su club de avanzar de ronda. Además del último que ha marcado, también fue su primera diana con la camiseta de los toffees.

No obstante, desde el club saben que su bloqueo es algo psicológico. Y lo vive mal, lógicamente. Se ofusca y, en el campo, se traduce en precipitación. Fuera del área trabaja y se mueve bien, se faja con los defensas rivales y otorga espacios a sus compañeros de segunda línea. Además, ahora ha encadenado cuatro partidos como titular, pero hasta hace un mes escaso jugaba pocos minutos. Por ello, sus ganas de demostrar en tan poco tiempo repercutían en su toma de decisiones.

"El bloqueo de Sandro es algo psicológico. Se ofusca y, en el campo, se traduce en precipitación. Esto se evidenciaba aún más cuando menos minutos disputaba. Es un caso similar al que sufrió Willian José".

Es un caso similar al que sufrió Wilian José en la etapa de Asier Garitano. Su trabajo siempre ha sido muy valioso para el equipo. Sin embargo, la fortuna de cara al gol ha sido distinta. Todo cambia de los entrenamientos a la competición, porque en Zubieta, Sandro lo mete todo. De lo que sí están convencidos es de que, cuando Sandro se quite la espina, desaparecerá ese bloqueo mental. Hasta entonces, la receta es simple: Seguir trabajando como hasta ahora.