La salud por fin es un bendito problema para los técnicos de la Real Sociedad. Como ocurriera la semana pasada, antes del brillante triunfo ante el Atlético de Madrid, Imanol Alguacil sigue recibiendo noticias positivas desde la enfermería. De los dos lesionados que había, Asier Illarramendi y Modibo Sagnan, ya sólo queda uno en el dique seco. El centrocampista de Mutriku.
Y es que el defensa galo ya es uno más desde el martes, día en que comenzaba a trabajar con el grupo tras recuperarse de la lesión muscular (rotura de fibras) que le ha impedido debutar en lo que va de LaLiga Santander con sus compañeros.
El técnico oriotarra siempre ha defendido públicamente que para él es un bendito problema el poder contar con todos sus mimbres, aunque eso lleve a tomar decisiones que pueden doler. Como por ejemplo el descarte de los canteranos Aihen Muñoz y Ander barrenetxea ante los colchoneros.
Sin embargo hay que tener en cuenta que la Real afronta una semana de tres partidos (RCD Espanyol en Cornellá, Deportivo Alavés en el Reale Arena y el Sevilla FC en el Pizjuán), lo que obligará a rotar varios integrantes de cada once.
A nadie escapa que el staff técnico donostiarra ha logrado reunir una plantilla amplia y de muchas kilates. Con lo que la pelea para poder estar en el equipo titular es fuerte y redunda en la competitividad de los integrantes del vestuario. El que se duerma tiene claro que tiene un sustituto por detrás pisándole los talones por el puesto.
Como reconoció el recién incorporado Nacho Monreal Imanol no da un respiro ni siquiera en los entrenamientos. "No lo conocía. En las charlas es muy tranquilo, y de repente empieza a chillar y al jugador lo tiene metido constantemente. Incluso cuando estás entrenando y ve que el jugador puede estar relajándose un poco no tiene ningún reparo en pegarte un grito, y otra vez estás enchufado", dijo el navarro.
"Y más te vale, porque si no te va a venir otro grito. Está haciendo un gran trabajo y ojalá esté muchos años", deseaba el exfutbolista del Arsenal londinense.