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Presente contra pasado: el inolvidable año de Silva en Ipurua

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José Manuel Simón

El fichaje de David Silva por la Real Sociedad fue uno de los más impactantes de este verano. Lo que no muchos recuerdan es que no es la primera vez que el de Arguineguín fichaba por un equipo guipuzcoano. En la temporada 2004/2005, con tan solo 18 años, estuvo cedido en la SD Eibar, a las órdenes de José Luis Mendilibar precisamente.

El conjunto armero nunca ha tenido un presupuesto excesivamente alto y siempre se las ha tenido que ingeniar en el mercado de fichajes para encontrar jugadores. Así, se fijaron en un joven jugador que la temporada anterior solo había disputado 14 partidos en Segunda B con el filial del Valencia.

En el momento en que se iba a cerrar su fichaje, llegó la primera de las muchas anécdotas que vivió el canario aquella temporada, ya que en el Valencia les sorprendió su llamada. Creyeron que a quien querían era a David Lombán, central del Juvenil que tan solo tenía 17 años por aquél entonces. "No, el que queremos es a Silva y tiene 18 años", replicaron desde Ipurua.

El también canario Toni Ruiz, una de las manos derechas de Mendilibar y el preparador físico que le ha acompañado en casi todos los equipos que ha entrenado fue quien le recomendó el fichaje de un jugador que, por aquél entonces, volaba por debajo del radar del fútbol español. Tanto Toni Ruiz como Mendilibar fueron unas figuras paternas para Silva aquella temporada: le arroparon y le pasaban a recoger para llevarle a los entrenamientos.

Silva, líder del 'no-ascenso'

Consciente del talento que tenía entre manos, Mendilibar quiso moldear a David Silva para que se adaptase a su estilo de juego y al de la categoría. Queda para el recuerdo la anécdota de que, en el primer entrenamiento, le pidió al capitán Antonio Karmona que le cosiese a patadas. Silva, demostrando su fortaleza mental, no se quejó en ningún momento y con el paso de los entrenamientos, él tampoco se achicó y comenzó a pegar patadas a sus compañeros.

No obstante, fue el jugador más destacado de un equipo que asombró a propios y extraños por su buen juego y por un rendimiento por encima del esperado. Y eso que en su plantilla había jugadores como Gorka Iraizoz, Gaizka Garitano, Moisés Hurtado o Joseba Llorente.

David Silva en el encuentro ante el Granada de esta temporada (Foto: LaLiga).

Aquella temporada, la SD Eibar acabó cuarta, pero David Silva tuvo en sus botas la posibilidad de que ascendieran. En la jornada 35, visitaban al Lleida en un encuentro que se antojaba fundamental para seguir en la pelea por el ascenso. Cabe recordar que, por aquél entonces, solo ascendían los tres primeros.

Con empate a uno en el marcador, Silva tiene una ocasión clarísima en el descuento para darle los tres puntos a su equipo. El canario se había quedado solo ante el portero, pero observó que uno de sus rivales estaba tendido en el suelo y decidió echar el balón fuera.

Aquella acción de juego limpio le ganó el reconocimiento del mundo del fútbol años antes de ser campeón del mundo. Pero más allá de todo eso, aquél año de aprendizaje le moldeó y fue fundamental en el desarrollo posterior de su carrera.

Foto oficial de David Silva en su única temporada con el Eibar (Foto: SD Eibar)

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