Que Mikel Oyarzabal aún no está a su máximo nivel es obvio y hasta lógico teniendo en cuenta la grave lesión que sufrió el curso pasado, que le impidó reaparecer hasta el 31 de diciembre de 2022. A partir de ahí fue entrando progresivamente en el equipo. Pero aún así, sigue siendo un jugador clave en la Real Sociedad, y de hecho ayer abrió el marcador frente al Getafe. Es su tercer gol desde su vuelta, que ppdrían haber sido cuatro si no llega a fallar el penalti ante David Soria.
En el encuentro frente a los madrileños, pese a que impactó en pocas ocasiones con el balón en la primera parte, estuvo en todas. Falló un penalti, anotó el primero de la tarde, pero antes de todo eso sufrió, una vez más, una dura entrada. Es la segunda que recibe en poco más de un mes y el rival no ha recibido amonestación alguna. El sábado fue en su rodilla. Luis Milla, en una acción tan fortuita como excesiva, golpeó con los tacos de su bota al eibartarra.
La entrada, por gravedad y zona de impacto, bien podría haber sido castigada con roja directa tras el aviso de la Sala VOR. Para más inri, Milla ya tenía cartulina amarilla. Melero López decidió no castigar la acción.
La dura entrada anterior la recibió en el Real Sociedad - Cádiz del pasado 3 de marzo. Mikel Oyarzabal recibió un 'tatuaje' de San Emeterio en su tobillo, en el que se veía claramente el impacto dejado por los tacos. Mateu Lahoz, colegiado de aquel encuentro, debió expulsar al jugador del conjunto gaditano por la patada en la tibia del txuri urdin, pero todo quedó en una charla de coach del árbitro valenciano con el jugador rival.