Con 33 años, después de haber entrado al club con apenas 11 años, y tras 253 partidos oficiales, Asier Illarramendi dijo 'adiós' a la Real Sociedad. Una despedida que ya emocionó hace dos semanas cuando se comunicó que se iba y dio una rueda de prensa ante sus compañeros, técnicos, trabajadores del club, director de Fútbol y presidente, y que ha tenido continuidad este domingo tras la victoria sobre el Sevilla (2-1).
Illarra fue titular y disputó 61 minutos, momento que salió del campo bajo la ovación de la grada y dejar su puesto a Oyarzabal. Pero lo 'gordo' vino al final. Pelos de punta. En un pasillo de banderas de la Real Sociedad salió de nuevo al campo acompañado de su novia y cogió el micrófono: "Cuesta decir adiós", dijo el mutrikuarra, pero reconoció "estar feliz".
Recibió la insignia de oro y brillantes de manos del presidente Jokin Aperribay, y también brazalete de capitán enmarcado. Después llegó uno de los momentos más emocionantes de la noche. Cedió su brazalete de capitán a Mikel Oyarzabal... y su dorsal, el '4', a Martin Zubimendi. Algo que no esperaba nadie.
A continuación ya llegó el manteo y la ovación de la grada. Inolvidable.