Álvaro Odriozola no levanta cabeza. Incapaz de tener continuidad por unos motivos u otros, el lateral afronta este tramo final de curso con un futuro bastante incierto. Llegó a la Real Sociedad en verano de 2023 con el objetivo de recuperar su mejor nivel y hacerse un hueco en el lateral derecho del equipo, pero lo cierto es que va a acabar una temporada en la que, directamente, le aparecerá la nota de 'no presentado'.
Sus números este curso son dramáticos: sólo ha jugado 40 minutos en toda LaLiga. Su última participación en la competición doméstica fue allá por el mes de octubre, cuando salió en el tramo final del partido ante Osasuna. Sí ha tenido más oportunidades en la Europa League, participando en cuatro partidos y acumulando 183 minutos, y en la Copa del Rey, con dos partidos y 195 minutos.
Números insuficientes, en cualquier caso, para toda una temporada en la que apenas ha sumado ocho apariciones y 418 minutos entre todas las competiciones. Se ha perdido 26 partidos por lesiones o molestias musculares, por lo que ha sido prácticamente imposible verle con cierta continuidad. No juega un partido oficial desde el pasado 30 de enero, ante el PAOK en la Europa League.
El problema de todo esto es que no es algo puntual, sino habitual. Odriozola lleva tres temporadas consecutivas casi en blanco, desde que salió de la Fiorentina allá por 2022.
Sólo jugó 93 minutos en toda la temporada 22/23 en las filas del Real Madrid, lo que propició su salida a la Real un año más tarde. Aún así, apenas alcanzó las 15 participaciones y 720 minutos la temporada pasada, otra vez marcada por distintas lesiones. Y este ejercicio, aunque pareciera difícil, ha sido aún peor.
La situación es aún más dramática teniendo en cuenta su situación contractual: le quedan cuatro años más de contrato, hasta 2029. La Real pagó 3 millones de euros por su fichaje, una cantidad que no es ni mucho desorbitada pero que, evidentemente, no ha conseguido amortizar en términos deportivos. El jugador y el club están en una posición complicada de cara a un futuro que, a tenor de su nivel físico en los últimos años, no pinta demasiado bien.