Es Noticia
UD Logroñés
1-2
RV Promesas

Con la punta de los dedos

Jesús P. Baraja

Tras vencer a la Arandina CF en la pasada jornada, el Real Valladolid Promesas visitaba el Nuevo Estadio de Las Gaunas sabiendo de la dificultad que suponía enfrentarse a la Unión Deportiva Logroñés, conjunto menos goleado del Grupo I de Segunda División B, pero sin miedo, consciente de que no era la primera vez que había derrotado en su campo a uno de los gallitos de la categoría. Las bajas seguían castigando a los de Borja Jiménez, que perdían a dos jugadores importantes como Julio Iricibar y Cristian Moreno.

 

Sorprendente inicio

Amenazaba tormenta en la capital de La Rioja y el comienzo del partido así lo indicaba, no solo en lo meteorológico. El filial sorprendía a propios y extraños. Dominaba, se gustaba y llegaba al área con peligro de forma continua. Las oportunidades se sucedían una tras otra con un tridente letal formado por Caye Quintana, Jose Arnáiz y Toni Villa. Precisamente el último adelantaba al filial en el minuto 11 con un gran gol tras una buena internada. Las ocasiones de los tres protagonistas seguían produciéndose pero los jugadores perdonaban en los metros finales ante la meta de Miguel Martínez.
Los riojanos, noqueados, pero conscientes de que aún estaban vivos, comenzaban a estirarse y, fruto de ello, lograban marcar, pero el árbitro lo anulaba por fuera de juego. Sin embargo, cuando todo parecía indicar que los pucelanos se iban a marchar al descanso por delante en el marcador, llegaba el empate tras una buena jugada que culminaba el pichichi del equipo Pere Milla.

Seriedad defensiva

En la segunda parte todo cambiaba. De salida, los blanquivioleta se veían obligados a prescindir de Anuar Tuhami que, lesionado, dejaba su sitio a Dani Vega. Los de Carlos Pouso salían a por todas. Poco a poco, maduraban el partido pero, cuando lo tenían donde querían para obrar la remontada, el Real Valladolid B, al que se le daba por muerto, demostraba estar muy vivo y asestaba un zarpazo por medio de un incombustible Jose, que volvía a adelantar a los suyos con un disparo cruzado en el minuto 63.
A partir de ahí, los locales buscaban el empate sin descanso, pero se topaban una y otra vez con una novedosa pero férrea defensa, que cerraba la puerta a cal y canto. No había manera. Incluso el filial daba algún que otro susto a la contra. Finalmente, el 1-2 resultaba inamovible y el Promesas conseguía su tercera victoria consecutiva que le permite tocar la permanencia con la punta de los dedos, con una ventaja de 7 puntos respecto al play-out a falta de 18 por disputarse.

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