Tras una primera tarde tediosa y aburrida, con el Real Valladolid muy lejos de su mejor nivel, la afición respondió con dudas cuando los jugadores blanquivioleta se retiraban a los vestuarios. Pitos hubo bastantes y aplausos muy pocos. La afición sabía que los de Portugal tenían uno de esos días en los que arriesgan toda la temporada. Además, la lluvia y el frío tampoco animaba a los aficionados presentes en Zorrilla.