Verde Promesas

Pinchazo del Real Valladolid Promesas en su estreno en casa en la presente temporada. El filial blanquivioleta se mostró muy inmaduro frente a un recién ascendido a la categoría y que se mostró mucho más sólido que los de Rubén Albés, desconocidos con respecto a lo visto el curso pasado. Además, la lesión de Anuar Tuhami, el salvador en la jornada anterior, mermó notablemente al filial que, durante el segundo tiempo, apenas se acercó a la portería de Pato Guillén. De hecho, Dani Hernández evitó que no hubiese partido en los últimos minutos.

El encuentro comenzó igualado pero con los vallisoletanos perezosos, con mínima iniciativa y dejándose llevar por el empuje de los gallegos, que tiraron de veteranía para sumar los tres puntos. De hecho, el visitante Óscar Seoane 'Jimmy' tuvo una clarísima ocasión de adelantar al CD Boiro en el minuto 6, pero su potente disparo lo repelió el larguero de la portería local. El mazazo llegó en el minuto 18, cuando Anuar se llevó un golpe que le hizo retorcerse de dolor en el suelo y obligó a la sustitución por Mito Martín. La poca creación del filial desapareció.

El filial golpea primero

El Boiro se lanzó a por el gol y multiplicaba sus ocasiones con el paso de los minutos. Primero fue Jorge Cano el que cruzó a la izquierda de Dani Hernández un remate en dudosa posición y con la defensa pucelana reclamando fuera de juego. Poco después, el propio Dani intervino en sendos intentos de Cano y Jimmy. Pese a las intentonas coruñesas fue el Real Valladolid B el que consiguió adelantarse en el marcador. Higinio Marín, con una buena acción individual, sirvió en bandeja el tanto a Mito y éste no lo desaprovechó.
La segunda parte confirmó el guión expuesto tras la lesión de Anuar y más si cabe con el gol pucelano. Solo diez minutos después de la reanudación, un balón en la frontal del área lo golpeó con dureza el visitante Jorge Romay buscando la escuadra izquierda de Dani Hernández. La encontró. La estirada del portero fue inútil ante la violencia con la que el esférico se coló en la portería y el empate subió al marcador.

Remontada visitante sin reacción local 

El tanto no despertó al Promesas, cuya versión era desconocida para todos los presentes en los Campos Anexos. Los de Albés se dejaron llevar y sus ocasiones se contaron con los dedos de una mano. Una de las más claras llegó tras un saque de banda y un remate de cabeza de Dani Vega que se fue lamiendo el palo izquierdo de la portería de Pato. El Boiro, en cambio, no perdonó en cuanto tuvo una nueva oportunidad. Fue en un balón colgado al punto de penalti y buscando a Cano, que sin dejar botar el balón lo empaló a la perfección sin dar opción a Dani.
Hasta el final, el Real Valladolid B lo intentó tímidamente y sin un acoso excesivo sobre los gallegos, que pudieron sentenciar de no ser por una gran intervención de Dani Hernández. Higinio y Mario Robles tuvieron el empate, pero el Boiro resistió y asaltó los Anexos.