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¿Quién es, realmente, Dejan Drazic?

Dejan Drazic, nuevo jugador del Real Valladolid para la próxima temporada.
Ángel Velasco B.

Varias semanas llevaba Paco Herrera demandando un jugador ofensivo. Con Juan Villar, Jose Arnáiz, Ibán Salvador y Jaime Mata como únicas opciones de gol, Braulio Vázquez ha tenido que remover el mercado para encontrar un jugador que cumpliera el perfil del Real Valladolid. Los blanquivioleta necesitaban cerrar su plantilla con un perfil de ataque y lo han conseguido obtener de Balaídos. Dejan Dražić (Vladimirovac, Serbia, 26/09/1995) es nuevo jugador pucelano para la próxima temporada. El joven delantero de apenas 20 años llega cedido para la próxima temporada sin opción de compra.

 
Este jugador eléctrico, con desparpajo, potencia y movilidad llega a Valladolid en una operación que interesa a todas las partes. Si ya era conocida la necesidad de un futbolista de ataque en el Pucela, la obligación de salir de Vigo y tener minutos era tan elevada como la del Celta de buscarle una cesión que pudiera elevar los minutos ofrecidos la temporada pasada. Si en el anterior curso, tras llegar desde Serbia, solo tuvo 467 minutos, los fichajes del equipo le reservaban un puesto más inferior aún para esta nueva campaña. Así, su salida era innegociable y el Real Valladolid estaba rápido para cerrar su plantilla en una oferta muy interesante para el jugador.

Elevado potencial

El pasado mes de junio, cuando la temporada había terminado, el Diario As hizo un análisis sobre la plantilla del Celta. El peor parado era el nuevo jugador blanquivioleta. "Al Celta de Vigo le ha costado 12.000 € cada minuto de juego del serbio", rezaba tal artículo. El esfuerzo económico del club gallego no se vio recompensado con un buen número de minutos durante ese primer curso. Eduardo 'Toto' Berizzo no le dio muchas oportunidades pero desde el club no eran tan negativos en el resumen de su primer año en España. Tras su fichaje y con su contrato de cinco temporadas, a la entidad no le preocupaba tanto el rendimiento y el éxito de los primeros días como sí su aclimatación a una competición, país, y cultura nuevas para él. Requería de un tiempo que, ahora, pide una salida en forma de cesión a la llamada 'Liga 1|2|3'.
Llegado a Vigo con 19 años, este joven jugador formado en las canteras del FK Teleoptik y del FK Partizan tuvo que dar el salto con 18 años al OFK Belgrado, aquel club que le daría el salto a España, para llegar a la élite y convencerse en su idea de ser profesional. Con 52 partidos en la máxima competición serbia y cinco encuentros de Copa, el jugador anotó nueve goles. El desparpajo, el trabajo ofensivo y las variantes en ataque que ofrecía el serbio al equipo gustaron a un Celta que apostó por él más allá de por unas cifras goleadoras que nunca han sido muy altas.
Su potencial era y es muy alto y el equipo vigués no dudó en hacer una fuerte apuesta por él en un proyecto ambicioso que esta temporada competirá en Europa. Las capacidades del jugador invitaban a la inversión y al club no le preocupaba tanto el rendimiento más inmediato como el cuidado de una joya de futuro de corto y medio plazo.

Experiencia copera

Si esta cesión al Pucela sí que le va a marcar parte de su camino y futuro en España, su primer año no. No porque tampoco se quiso que fuera así. Con titularidades solo en Copa del Rey y en un encuentro liguero, su participación se reduce a 467 minutos repartidos en diez encuentros. Cinco titularidades y cuatro partidos completos, aquéllos integrados en las eliminatorias de Copa ante UD Almería y Cádiz CF, el jugador no convenció, eso es cierto, pero sí que dejo esperanzas de cara al futuro.
En una primera temporada con más experiencia copera que liguera y en la que sus minutos fueron de relleno pero con cierta calidad, el Real Valladolid ha visto en su situación una gran oportunidad. Las variantes que ofrece el jugador al poder jugar en ambas bandas del ataque, posiciones de punta o segundo punta, han gustado a un cuerpo técnico y dirección deportiva que necesitaban un perfil como el suyo.
La polivalencia, el desparpajo y la potencia han sido cualidades vitales para decidir su llegada a Valladolid. En una cesión interesante para el jugador pero vital para su futuro, el Celta no ha puesto ninguna pega ni inconveniente. Ha facilitado la operación en una muestra de la esperanza e ilusión que tiene en un jugador sobre el que ejerció una buena inversión hace menos de un año. El desembolso de aquella operación no importó durante el pasado curso pero cada campaña que avance crecerá más y será más valorado. Comenzando por Valladolid, donde Dražić tendrá oportunidades de mostrarse como ese jugador de variantes y calidad ofensiva que el equipo necesita para culminar todas esas grandes sensaciones transmitidas en las dos primeras jornadas de Liga.

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