Es Noticia
Real Valladolid
2-1
Girona FC

Victoria de renombre

Ángel Velasco B.

Tercera jornada de la 'Liga 1|2|3' y el Real Valladolid recibía la visita del Girona Fútbol Club. El equipo de Pablo Machín llegaba el estadio José Zorrilla en un duelo de altura. Con cuatro puntos en el marcador de ambos, los pucelanos esperaban continuar con una racha que asentara al equipo y que potenciara las sensaciones positivas del proyecto de Paco Herrera. Mismos objetivos mostraban los catalanes para su visita a Pucela. Con un proyecto solvente y fuerte y con la exigencia de igualar lo firmado en las últimas temporadas, los gerundenses llegaban a un encuentro que tomaba, en la previa, tintes de partidazo.

 
Las ilusiones del partido eran unas y éstas se cumplieron a la perfección. Todos los calificativos del partido se cumplieron en un encuentro de elevada intensidad en el que ambos conjuntos demostraron por qué tienen la vitola que tienen y por qué sus objetivos a largo plazo son tan ambiciosos. Ambos convencieron en su estilo, idea e intensidad aunque no todos se marcharon contentos con el resultado.
La eficacia inicial del Real Valladolid regaló un día tranquilo en la oficina, aquélla gran sufridora. El margen de dos goles antes de llegar al minutos quince otorgó una tranquilidad en el marcador que no se vio sobre el campo. La fuerza, el empuje y el fútbol de los catalanes no hacía justicia con su fútbol. Mientras los locales vivieron enganchados al partido gracias a los goles tempraneros, los visitantes se vieron asustados ante el inicio tan fuerte de los pucelanos.
Ese acierto no les minimizó en su estilo, fuerza y fútbol pero sí en el empuje y la confianza. Mientras se veía a un Real Valladolid convencido de sus opciones, los de Machín remaban y remaban para no encontrar un premio que, haciendo un análisis justo, sí se merecieron.

Mejor, imposible

Con todos los ingredientes del partido, éste comenzaba con fuerza y energía. Las previsiones se imponían y ambos equipos mostraban cualidades en su juego. La intensidad se hacía fuerte en el terreno de juego para ayudar a la firma de ocasiones. No existía miedo y sí ambición. Pese a ser aún la tercera jornada, una victoria y una buena imagen ante un buen rival potencia las opciones de los equipos y la fuerza y el miedo con el que pueden ser analizados. Pucelanos y catalanes trabajaban con fuerza en un inicio sin reparos ni reservas.
Esa fortaleza se quedaba en la portería de René. Los locales, con una intensidad elevadísima y un acierto que rozaba la perfección, tomaban el partido ante un rival de nivel. El nombre, el proyecto y las dimensiones de éste generaban una primera parte de alternativas en la que el acierto local marcaba las diferencias. Ambos tenían sus opciones y estilos pero el acierto a balón parado del Pucela era determinante.
Un buen remate de Igor Lichnovsky en un saque de esquina y un penalti ejecutado por Jaime Mata daban una ventaja tras los primeros 45 minutos que sería determinante en el partido. La mochila del Pucela era tan elevada que los catalanes, pese a un duro trabajo y un acierto en las ideas, no consiguieron minimizar.

¿Limitaciones ofensivas?

Pese a la buena imagen del equipo en el inicio liguero, las limitaciones ofensivas de un equipo que promediaba un disparo cada 60 minutos obligaba a una mejora que ante el Girona llegó. Esperando la aclimatación y la llegada de las nuevas incorporaciones ofensivas, el Real Valladolid dejaba por primera vez en la temporada un poso positivo para generar goles y sensación de peligro. La solvencia defensiva y la capacidad para generar fútbol sigue en una línea ascendente y a ella se le suma la fortaleza de un equipo que crece en el gol y en la presencia en el área rival.


Frescos y confiados con los dos goles anotados en lo primeros 15 minutos, el Pucela se soltó la melena y rompió las barreas que tenía a nivel ofensivo. Todo lo que en los dos anteriores partidos no salía se fraguaba en unos primeros 45 minutos de juego con frescura, dinamismo y movilidad en los últimos metros. El Pucela se gustaba y lo hacía en un partido de nivel y relevancia y ante un rival de gran nivel. Así se lo hizo saber la grada tras el pitido que valía el descanso.

Nuevo partido

Mientras los primeros 15 minutos de la segunda parte fueron de tanteo y en los que los locales esperaban saber qué proponían los visitantes, llegados a la hora de partido Machin tomó el mando. Aprovechando un cambio que no es que cambiara el partido, sino que creó uno nuevo. La entrada de Borja García dibujaba un nuevo duelo gracias al tanto que anotó los tres minutos de pisar el estadio. Su entrada y su gol generaron un nuevo partido en el que la pizarra de los entrenadores volvía a tomar protagonismo.
Mientras el míster visitante buscaba dinamita ofensiva, Herrera incluía frescura en su centro del campo para dominar el balón y poder llegar a zonas ofensivas con calidad y determinación. Las entradas de Michel Herrero y Sergio Marcos tenían como obligación poner pausa a un partido que no interesaba que cambiara. Mientras el rival quería metros, espacios y transiciones rápidas, el Pucela debía tener pausa, dominio y calidad para saber elegir.
El objetivo se cumplió. Las transiciones del Girona no existieron y el balón fue pucelano. Se defendió con él y los tres puntos se quedaron en un estadio que se sigue enamorando de su equipo. La evolución de éste es perfecta y las fases de crecimiento se está consagrando. El equipo se gana los elogios y ya no sólo por el éxito ofensivo de los primeros minutos sino, también, por la forma defender, dormir el partido y amarrar los puntos de la última fase, aquélla que creó Borja tras recortar distancias y que creó algún miedo ante la posibilidad de perder los puntos.

De exigencia en exigencia

Tras esta visita del Girona a Valladolid y tras cerrar un inicio durísimo de calendario, el Real Valladolid inicia otra etapa dura de la temporada pero, ahora, por lo cargado del calendario. Tras enfrentarse a tres rivales y conjuntos con objetivos muy similares al Pucela en las tres primeras fechas, los de Paco Herrera inician una etapa de 20 días en los que tendrán que disputar hasta cinco encuentros. A los cuatro duelos ligueros que ya tienen fecha y hora hay que sumar la visita a La Romareda en el duelo de Copa del Rey. Un nuevo horizonte al que el Real Valladolid llega con buenas sensaciones y el colchón de siete puntos de nueve posibles.

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