Es Noticia
RV Promesas
2-1
CD Izarra

Tres puntos de fábula

Jesús Pérez Baraja

Se acaban los calificativos positivos para definir la situación por la que atraviesa el Real Valladolid Promesas. En la mañana del domingo volvía a ganar, esta vez al CD Izarra de un viejo conocido, Borja Jiménez, que veía como el rival sabía leer perfectamente lo que pedía el encuentro en la segunda parte y superaba todos los obstáculos habidos y por haber para acabar remontando y sumando tres nuevos puntos que prolongan aún más la buena racha.

 
En esta ocasión no se cumplía el guión que cabía esperar. El ritmo inicial invitaba a descartar el empate sin goles habitual en muchos de los partidos de ambos equipos y no tardaba en abrirse la lata. Sucedía poco después de un aviso de Yoel Sola desde fuera del área, tras un clamoroso error de Dani Hernández, que entregaba la pelota a Alejandro Maestresalas en un intento de despeje. El delantero agradecía el regalo y no dudaba en establecer el 0-1.
El filial, que no había empezado mal, se veía por detrás en el marcador a las primeras de cambio, lo que le aceleraba en su intención de buscar la portería contraria. Tenía el dominio pero necesitaba crear peligro cuanto antes, cosa que solo lograba a balón parado y sin demasiado éxito. Tenía que ser Anuar Tuhami el que desatascara al conjunto blanquivioleta. En una internada en el área conseguía plantarse ante Aitor Navarro. Su disparo golpeaba en la defensa con el portero ya batido, pero David Mayoral, muy atento, cazaba el rechazo en el segundo palo y empujaba el balón a la red a placer. Empate antes del descanso y vuelta a empezar en la segunda parte.

Superando obstáculos

Un periodo en el que ambos conjuntos salían mucho más revolucionados. La posesión correspondía a los blanquivioleta y a los navarros no les interesaba. Los de Borja Jiménez comenzaban a parar el juego con continuas faltas, alguna de las cuales rozaban la expulsión, como la patada de Josetxo Cariñanos a Iván Martín. Fernández Rodríguez no lo consideraba así y mostraba la amarilla al central, que poco después derribaba a Dani Vega en el área. Penalti claro que barruntaba la remontada, pero que Higinio Marín estrellaba contra el cuerpo del meta estellés.
A pesar del duro revés que suponía el fallo, los de Rubén Albés no se descomponían. Abrían el campo, jugaban por fuera, tenían más presencia en el área y, ahora sí, generaban suficientes ocasiones como para dar la vuelta al marcador. A todo ello contribuía un Santy Samanes que salía de refresco a quince del final y que llevaba la revolución al terreno de juego de los Campos Anexos. Iván Martín fallaba a puerta vacía la más clara después de un buen centro de Manel Royo, pero el triunfo no se escapaba. De nuevo aparecía Mayoral (quién si no) para, con un pase de la muerte, servir el gol en bandeja a un Higinio que se desquitaba de la pena máxima marrada.

Hormiga en noviembre

Los visitantes, con cinco minutos y un largo tiempo añadido por delante, se volcaban en ataque, exigiendo a una defensa pucelana que era lo suficientemente hábil como para sacar el balón sin demasiadas complicaciones y montar algún contraataque que hacía daño a los blanquiazules. En una de ellas, Álex Cacho veía la segunda cartulina y enfilaba el túnel de vestuarios, al igual que el técnico Borja Jiménez, previamente a que el colegiado gallego señalara el final de un encuentro que permite al Promesas, como la hormiguita de la fábula, seguir almacenando puntos (ya son 22) antes del crudo invierno.

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