El Real Valladolid no está encontrando la regularidad necesaria que hubiera cambiado, en gran medida, la dinámica actual de Paco Herrera y sus hombres. El cuadro blanquivioleta no ha sido capaz de sumar tres triunfos ligueros consecutivos a lo largo de toda la temporada. Sí que lo han hecho con dos victorias, pero en solamente tres ocasiones, algo que ha lastrado mucho la continuidad del cuadro pucelano, ya que todas esas rachas terminaron en derrota. Los intentos de despegue quedaron en eso, en intentos.
Quedan solamente ocho jornadas por disputarse y lo cierto es que el Real Valladolid no vuela, a pesar de los muchos amagos. Pero todos fueron abortados por unos motivos u otros. Cuando el conjunto dirigido por Paco Herrera, al menos hasta este sábado, ha tenido oportunidades de engancharse a la pelea por arriba, siempre ha fallado. La regularidad ha sido una de las carencias principales a lo largo del año que explica la situación actual de los pucelanos.
El Real Valladolid, a lo largo de toda la campaña, ha sido incapaz de enlazar tres triunfos ligueros consecutivos. La marca de más triunfos seguidos en LaLiga 1|2|3 está actualmente en dos, algo que se ha conseguido en hasta tres ocasiones: en las jornadas nueve (2-0 ante la AD Alcorcón) y 10 (1-2 frente al Nàstic de Tarragona), 17 (0-3 en Mallorca) y 18 (5-0 contra el CD Mirandés), y en las número 21 (1-0 frente al Reus Deportiu) y 22 (0-1 en Cádiz). Después de todas ellas llegó la derrota.
Cuando todo parecía indicar que el equipo despegaba, se abortaba misión. Ese puede ser el resumen de la temporada del Real Valladolid, que jugará este sábado un partido vital contra el Elche CF si quiere seguir apurando sus opciones a pelear por la zona alta de la tabla, algo que parece utópico después de la debacle en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán, la derrota por 6-2 frente al Sevilla Atlético, un hito que nunca consiguió el primer equipo.