El 'salvador' de Quique

En 2013, después de un duro verano en el Real Valladolid de Juan Ignacio Martínez, Quique González rompía su contrato con el equipo blanquivioleta. El 21 de agosto, tras rescindir su vinculación con la entidad del Nuevo Estadio José Zorrilla, la carrera del delantero blanquivioleta cambiaba. Firmaba una temporada por el CD Gualalajara y en ella coincidía con Carlos Pérez Salvachúa. El nuevo entrenador del Real Valladolid Promesas estuvo presente en la explosión definitiva del actual delantero de la Unión Deportiva Almería.

 
Gracias al paso de Quique por el Estadio Pedro Escartín, el conjunto almeriense, entonces en Primera División, se fijó en el pucelano y le ofreció un contrato de cuatro temporadas. Era una apuesta férrea del equipo andaluz. Éstos veían en el excanterano blanquivioleta una posibilidad de futuro pero, también, de realidad. Todo, tras su paso por Guadalajara, el peso que tuvo con Salvachúa y, ante todo, los 24 goles anotados en aquella temporada. Pese a que los alcarreños no llegarían a disputar el play off unos meses después de que fueron descendidos administrativamente, la temporada dejó poso de histórica. El éxito no llegaría al 'Dépor' pese a la apuesta exitosa que se hizo desde el Club por Quique. Llegado en el último momento del mercado, el nuevo míster del filial pucelano no dudaría del potencial del futbolista y desde la primera jornada sería indiscutible.
Cuatro días después de su llegada, Quique González ya era titular. Salvachúa no lo dudaba y apostaba por el vallisoletano en el once. Llegar y besar el santo en todos los sentidos. Titularidad, partido completo y el gol de la victoria ante el filial del que sería su equipo. Con un gol de falta directa, Quique comenzaría la etapa más ilusionante, y también la más dura, por la puerta grande, ante un filial almeriense en el que jugaba, por ejemplo Samu Sáiz, reciente estrella de LaLiga 1|2|3.

Inmejorable oportunidad

Tras aquel debut comenzaría una temporada histórica para el club alcarreño, para Quique González y para el propio Carlos Pérez Salvachúa. El nuevo técnico del Promesas consiguió el éxito de guiar a los guadalajareños hacia la pelea por el play off y a la pelea por la Copa Federación. Tras una larga lucha, los alcarreños se quedaron en la filial de dicho torneo. Cayeron ante el Club Deportivo Ourense en el último paso de una temporada inmejorable para el jugador y el entrenador. Ambos guiaron el sueño de un Deportivo Guadalajara que tocó con la punta de los dedos todos sus objetivos y sus sueños.
Finalmente se quedaron sin premio, pero Quique, su estrella aquella campaña, llegaba a Primera tras salir del Real Valladolid un año antes y ver en Salvachúa a su 'salvador'. Los 3.338 minutos y los 24 goles de aquella temporada catapultaron al vallisoletano y potenciaron las posibilidades de un Carlos Pérez Salvachúa, que un año más tarde sí llegaría al play off de ascenso. Caía ante el Huracán Valencia CF y cerraba, hasta este martes, su etapa en los banquillos de Segunda División B. Dos años después regresa a ellos y lo hace en Valladolid para sustituir a Rubén Albés en el intento de hacer crecer a un Promesas histórico.