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Visto y no visto

Ángel Velasco B.

En el fútbol, los detalles, en muchas ocasiones, marcan los tiempos, pero en otras son intrascendentes. El pasado verano, Dejan Drazic llegaba al Nuevo Estadio José Zorrilla para detallar la plantilla de Paco Herrera. Llegaba con la vitola de un fichaje sin una relevancia máxima, pero sobre el que se esperaba que aportara frescura y dinamismo desde un rol secundario. Las expectativas o, casi mejor dicho, las ilusiones, eran unas, pero la realidad, tras llegar en el último día de mercado, fue otra bien distinta tras una temporada poco productiva para él. 

 
Siendo el tercer jugador con menos minutos a nivel liguero, el atacante serbio, cedido por el Real Club Celta, ha disputado, sumando sus participaciones coperas, un total de 15 partidos. Apenas 331 minutos desde una triste y solitaria titularidad. Ese partido desde el inicio en la derrota (0-1) ante el UCAM Murcia daba esperanzas al seno blanquivioleta, pero el avance de la temporada dejaría aquel duelo como un bagaje esporádico y, de esta forma, Drazic firmaría una actuación de visto y no visto en su cesión en el Real Valladolid.
Pese a que en las últimas semanas, y con todo lo ocurrido con la salida de Juan Villar, Paco Herrera pareció 'centrarse' en el '23', que participaría en las tres últimas jornadas, el paso de Drazic por Valladolid es intrascendente. Tanto como para que en el mercado de invierno estuviera con la puerta blanquivioleta abierta y la maleta hecha. Ofertas desde Serbia o Portugal hicieron ver al jugador fuera de Valladolid. Finalmente y pese a la posibilidad de salir tras el cierre del mercado español, Drazic cerraría su cesión blanquivioleta entre el banquillo y la grada. Los tristes números de juego se confirman con las citaciones vividas durante la temporada. Además de los 13 partidos disputados en LaLiga 1|2|3, Drazic sólo acumuló nueve convocatorias más, ya que fue desconvocado en 16 ocasiones.

El recuerdo copero

Hablar del paso del futbolista del Celta por Valladolid es hacerlo de un fracaso elocuente. El jugador no ha jugado lo esperado y cuando lo ha hecho, no ha demostrado nada. Salvo en una ocasión, nunca ha llamado la atención del entorno blanquivioleta. Eso sí, cuando lo hizo fue por la puerta grande. El pasado 12 de octubre, en su tercer partido con la camiseta del Pucela, el Club Deportivo Tenerife viajaba hasta Valladolid para un duelo copero. La clasificación vallisoletana se complicaba, pero el serbio asumía el mando y con un doblete lideraba la victoria (3-1).
El desparpajo, la velocidad, el desequiliibrio y la calidad del futbolista en los 55 minutos disputados en aquel duelo hacían despertar la ilusión en el entorno. Tras toda esa exposición de características, Drazic regresaría a su dolorosa realidad. Nunca más sería titular y jamás superaría la cifra de juego en aquella lluviosa tarde entre semana que dejó una esperanza, pero que, ahora, es un simple recuerdo copero.

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