El colchón de puntos obtenido por el primer equipo en las cinco primeras jornadas saca una sonrisa a Miguel Ángel Gómez, director deportivo del Real Valladolid. Animado pese a la convulsa semana en el filial, el cordobés hizo repaso en Radio Marca Valladolid de diferentes temas de la actualidad blanquivioleta. Sus tres meses en Valladolid han sido productivos pero no sencillos. "El proceso de adaptación ha sido rápido, pero el verano ha sido duro. Tuvimos que asumir cada vez más funciones y más cosas que en un principio no íbamos a hacer".
Gómez tiene buenas palabras para Luis César Sampedro. "Le conozco desde hace mucho tiempo y sabía lo que traíamos con su fichaje. Los inicios con los entrenadores nuevos son difíciles y él ha conseguido ser valiente". El técnico ha conseguido que nadie tenga el puesto garantizado en el once titular. "Existe competitividad y cuando llegan jugadores al once titular lo hacen bien. Hay buen ambiente y la competencia es sana. Es la clave del grupo, que haya buenos jugadores pero sobre todo buena convivencia", explicó el andaluz.
Preguntado por el famoso deseo del técnico de ver más tarjetas que el rival, Miguel Ángel Gómez le resta importancia y evita hablar de agresividad. "Uno de los efectos colaterales de un equipo intenso son las faltas y las amarillas. El entrenador prefiere eso a la pasividad". Alfredo Ortuño y Raúl de Tomás ocuparon gran parte de la extensa entrevista. Sobre el primero, Gómez reconoció que la relación está rota. "No hablo con él desde el día que entrenó. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio y yo tengo la conciencia tranquila. No tengo que perder más tiempo en una persona que no quiere jugar aquí aunque en su presentación dijese lo contrario". Sobre De Tomás, niega que los contactos con el madrileño hayan sido solo por conversaciones de WhatsApp y asegura que el Real Valladolid hubiese estado encantado de contar con sus servicios. "Él no quería que le agobiasen y no tiene argumentos para haberse sentido segundo plato". Sobre ambos, sentencia: "Los que no han querido venir problema de ellos. Estoy muy contento con los dos delanteros que tenemos".
La reciente publicación de los topes salariales por parte de LaLiga Santander, con un límite de 6,2 millones de euros para el Real Valladolid también fue motivo de pregunta. "Nos hubiésemos quedado en torno a los cuatro millones sin el traspaso de Jose", detalló Gómez.
El Promesas es el gran quebradero de cabeza para el director deportivo en estos momentos. "Que los chavales sufran y el Promesas no progrese me afecta personalmente". ¿Se arrepiente del acuerdo con los Pozzo? "Cuando lo asumimos sabía que si los resultados no eran buenos habría gente oportunista que lo criticaría", responde.
Ser la cabeza visible de la estructura deportiva ha cambiado la forma de trabajar de Miguel Ángel Gómez, pero con la misma actitud. "En el Sevilla tenía el escudo de Monchi pero la implicación siempre ha sido máxima. Aquí tengo más responsabilidad y sufro mucho".