El Real Valladolid de Luis César Sampedro es un equipo que gusta. Pese a su última derrota es un conjunto que arriesga. Ofrece muchas variantes y expone muchas opciones de su juego. Así, de la misma forma que suma grandes cifras de goles anotados, asume muchos riesgos a nivel defensivo. Tantos como para llegar al Estadio de Vallecas con 10 goles encajados. La filosofía de juego está clara y ésta se vio expresada, en sus peores consecuencias, en la goleada (4-1) ante el Rayo Vallecano. Los cuatro goles recibidos por el Pucela tanto este domingo como en el derbi liguero de León, es una cifra muy abultada, un registro que el club blanquivioleta no vivía desde la dolorosa derrota (6-2) ante el Sevilla Atlético pero muy lejano en la memoria de su entrenador.
Para ser exactos, antes del partido del Estadio Reino de León, Luis César Sampedro no recibía cuatro goles desde el 16 de noviembre del año 2014. Es decir, hace casi tres años que el entrenador gallego no encajaba tantos goles en un mismo partido. Pese a que sus equipos siempre exponen a nivel defensivo, el entrenador blanquivioleta no vivía un encuentro así desde que, como entrenador del Albacete Balompié, viajó hasta el Nuevo Estadio Colombino para visitar al Recreativo de Huelva.
De igual forma que en esta ocasión, el marcador dejaría una diferencia de tres goles en una desigualdad que Sampedro no ha vivido en sus últimos 113 partidos. En los últimos 107 ligueros y seis coperos, el técnico gallego nunca había encajado cuatro goles. Tal varapalo llegaba en Vallecas en un duelo con el que se comienza una exigente semana pucelana en la que aún debe enfrentarse a la Agrupación Deportiva Alcorcón y la Unión Deportiva Almería, dos conjuntos que, como el Pucela, eran goleados este pasado fin de semana.