Es Noticia
Real Valladolid
3-1
Real Oviedo

Apacigua la tormenta

Ángel Velasco B.

Queda mal, muy mal, hacer un resumen resultadista en el mundo del fútbol pero en muchas ocasiones es necesario. Hay momentos y momentos. Existen circunstancias en las que se debe ganar para dar consistencia a la idea y otras en las que toca dejar un estilo y un sello. La visita del Real Oviedo al Nuevo Estadio José Zorrilla obligaba al Real Valladolid a ganar. Fuera como fuera. Daba igual cómoLa medicina para salir de la racha de 36 días sin ganar era clara. No había otra.

 
Con la idea muy clara y las cuentas muy justas, Luis César Sampedro apostaba como siempre, por la base concreta que tiene de jugadores. A ella se añadía Óscar Plano. El '23', suplente ante el Real Sporting de Gijón, asumía el puesto de Ibán Salvador. El resto, los mismos del duelo en el Estadio de El Molinón. Nuevamente, el míster gallego del Real Valladolid rechazaba las revoluciones. En el once y la convocatoria. Salvo por la salida de Anuar Tuhami de la citación, la lógica se imponía nuevamente.
Sin grandes cambios y con apenas unos retoques en su formación y en su idea, el Real Valladolid cerraba la mala racha en la que vivía instalado. Lo hacía desde el balón parado y en un partido de poco ritmo y ocasiones. Sin ellas, la versión resultadista era suficiente. Como decía Samuel Eto'o, "tres puntos más y un partido menos". Se cierra la mala racha y se apacigua la tormenta. Todo perfecto para el Pucela. Así hasta el sufrimiento final sabe mejor.

Petición aceptada

Durante la semana quedaba muy claro que el Real Valladolid debía frenar la dinámica de resultados en contra que está viviendo el equipo. En global y, sobre todo, en los primeros minutos. Comenzar perdiendo es un lastre muy importante para los de Sampedro que, en esta ocasión, les sonreía. Un infantil saque de esquina concedido por Juan Carlos Sánchez dejaba una oportunidad que Óscar Plano ejecutaba para que Deivid Rodríguez anotase su primer gol como jugador blanquivioleta. Era el minuto tres de partido y el equipo pucelano tomaba una ventaja muy importante. 
Los locales concedían a su entrenador la petición que éste había tenido. El punto a favor en el marcador podría romper mínimamente la balanza sobre un Real Valladolid que no encontraría los huecos que se esperaba tras adelantarse en el marcador. El Real Oviedo no perdía el temple del encuentro. Los de Juan Antonio Anquela sabían qué querían y cómo lo tenían que buscar. No se sentían muy tocados por el marcador. Llegando al Nuevo Estadio José Zorrilla tras dos remontadas consecutivas, el encuentro consistía en no perder el camino. El Real Oviedo no lo hizo en el primer tiempo y los primeros 45 minutos se quedaban en el tempranero tanto de Deivid.
Sin el gol del '15', el partido estaría marcado por el centrocampismo y las pocas ocasiones, pero el acierto blanquivioleta rompía con los estereotipos. Llegaba el descanso y Zorrilla sonreía. Salvo por los más de 2.000aficionados llegados desde Asturias, la alegría llegaba al ver al Real Valladolid por delante en un marcador tras más de un mes sin hacerlo.

Ritmo muy lento

Llegaba el partido al minuto 60 y los bostezos se apoderaban de la grada. El partido, salvo por el marcador, no tenía nada positivo que llevarse a la boca. El encuentro era lento, pesado y sin ocasiones. Ni por un lado ni por el otro. El hecho de que el resultado fuera productivo para los intereses locales aumentaba la expectación de un partido por muchas veces dormido.


El partido iba por un camino nada interesante para el Real Valladolid. El ritmo parecía ser más del estilo del que buscaba el Real Oviedo y por ello Luis César Sampedro introducía cambios antes, incluso, que su rival. Míchel Herrero y, ante todo, Giannis Gianniotas entraban al partido para aportar frescura, fuerza y algo de mordiente a un duelo debilitado en el ritmo de partido. La intención se conseguía gracias a un tanto de Jaime Mata. El '9' anotaba su duodécimo gol de la temporada.
El delantero madrileño cerraba su peor racha de minutos sin gol de la temporada con un tanto que acercaba una victoria y cerraba la mala racha de más de un mes sin ganar. Ante el Real Oviedo, en un partido débil, sin ritmo y sin grandes ocasiones, los blanquivioleta sacaron a relucir su efectividad. Usaron el balón parado, su gran arma, y a Jaime Mata, su gran goleador, para rebajar la tormenta que se había instalado en el Nuevo Estadio José Zorrilla en las últimas semanas.

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