Competir, éste era el gran objetivo del Real Valladolid en el duelo de Leganés. Tras la derrota (1-2) del encuentro de ida, el partido de vuelta no pasaba, principalmente, por la remontada blanquivioleta, sino por la competición de un equipo que sufre mucho por sus propios problemas. Intentando esconder las debilidades de los últimos duelos y buscando exponer todos los aciertos y fortalezas, el Pucela estaría cerca de, primero, ganar el partido y, después, de poder consumar la remontada. Todo desde la competitividad de un once titular con pocos minutos de rodaje y que salvo por la entrada de David Mayoral nunca rozó el gol.
Apostando, como se mostraba en la sesión del lunes, por un equipo con jugadores de poco peso en las últimas jornadas, las noticias de esa formación estaban en la apuesta por un centro del campo formado por Sulayman Marreh, Antonio Cotán y Sergio Marcos o la titularidad de Asier Villalibre. Ninguna apuesta del once titular sorprendía. No porque ya fueran expuestas por el equipo en la última sesión de entrenamiento sino porque todos los futbolistas vivían, como así se había prometido, una oportunidad.
Aprovechar o no la oportunidad es una opinión muy subjetiva pero lo que sí queda claro tras la visita del Real Valladolid al Estadio de Butarque es que el equipo blanquivioleta cierra la etapa copera en la temporada 2017/2018. Por errores propios, aciertos rivales o una unión entre ambos el Pucela se despide de la Copa del Rey y, a su vez, muchos de los jugadores de la única opción de reivindicarse.
Pese a esa versión copera que disponía Luis César Sampedro, los problemas del Real Valladolid son los mismos. Da igual que el Pucela se ponga el traje de LaLiga 1|2|3 o de Copa del Rey, con los cambios en el once que significan. El equipo blanquivioleta, vestido de carmesí en Butarque, tenía el balón. Ganaba, muy posiblemente, la posesión pero no genera peligro. En cambio, sin un gran dominio del esférico, los pepineros sí asustaban a Isaac Becerra. El '13' blanquivioleta intervenía y lo hacía por los continuos problemas defensivos del equipo.
Ya fueran individuales o de concepto, el Real Valladolid concedía mucho en su campo y el Club Deportivo Leganés lo aprovechaba para poner a prueba a Isaac Becerra. El meta catalán se convertía en el mejor jugador blanquivioleta en los primeros 45 minutos. Salvo por un error en la intervención de un centro lateral, el '13' solventaba todos los acercamientos vividos en su área. Así Becerra firmaba una media hora inicial de gran nivel, tanto como para mantener viva la eliminatoria hasta cuatro minutos después de sobrepasar la primera media hora de juego.
Una anticipación de Tito Román a Javi Moyano en una falta lateral parecía sentenciar la eliminatoria. El equipo local tomaba ventaja en el partido y ampliaba distancias en la eliminatoria. La exigencia, para la eliminatoria, era similar a la de anotar dos goles pero para los objetivos del partido, no. El Real Valladolid llegaba a Butarque para competir y nuevamente los problemas defensivos y en las transiciones denegaban esa opción.
Arrancaba la segunda parte y el Leganés daba un paso al frente mientras que el Real Valladolid lo daba a la nada. El equipo de Asier Garitano conseguía desde la posesión de balón dormir el partido. Con una ventaja de dos goles en la eliminatoria, los pepineros no querían exponer nada en su campo. Juntaban líneas y buscaban que el rival no encontrase la velocidad de Giannis Gianniotas y Pablo Hervías. Para ello potenciaban las superioridades exteriores y faltas ante las transiciones pucelanas.
Todo para parar el posible ritmo de un Real Valladolid que no probaría con fuerza al meta local hasta la hora de juego. Una jugada eléctrica de Pablo Hervías tras la primera aparición exitosa en el área de Asier Villalibre generaba la mejor oportunidad del Pucela. A falta de 30 minutos, los blanquivioleta parecían mostrar fuerza, coraje y potencia, condiciones escondidas en muchas fases del encuentro y que Luis César Sampedro quería potenciar con la entrada de Ibán Salvador y David Mayoral.
La primeros cambios de Sampedro mostraban un pequeño cambio en el Real Valladolid. Mayoral entraba en el terreno de juego con fuerza y generaba tres acercamientos sobre la meta de Nereo Champagne. Poco después del '24' y el '45' llegaba el turno de Toni Villa y, con él, la muestra de que Luis César parecía claudicar y que se centraba ya en el duelo ante el Club Deportivo Numancia de este próximo domingo.
Cuando el equipo necesitaba dos goles para igualar la eliminatoria, el máximo goleador del equipo se quedaba en el banquillo. El pichichi de LaLiga 1|2|3 no participaba en el duelo en la muestra más clara de que la Copa del Rey era secudaria. Lo era desde el primer inicio. Las críticas del míster blanquivioleta al formato copero se produjeron en la previa a la victoria (0-4) en Huesca. Desde entonces la Copa era secundaria, como demostró el míster en la previa y en el duelo. Así, la pérdida no es importante. Nadie la llorará. Suficiente agua han tenido en el partido.