Es Noticia
Real Valladolid
3-2
Real Zaragoza

Una sufrida alegría

Ángel Velasco B.

2017 no ha sido un buen año. Como en la historia reciente del Real Valladolid, los años no sientan bien al club blanquivioleta. En esta ocasión se cierra una nueva hoja de la historia blanquivioleta con una mínima sonrisa. La victoria ante el Real Zaragoza para cerrar este año no sirve para eliminar todos los malos recuerdos que dejan los últimos 12 meses pero sí que dejan una mínima esperanza para afrontar el 2018.

 
Los seis puntos con los que el equipo de Luis César Sampedro cierra el año ofrecen un pequeño resquicio para la ilusión de un equipo que vivirá el parón navideño fuera de la zona de play off pero muy cerca de ella. Tras las muchas dudas de las últimas semanas, las dos victorias consecutivas han valido para cerrar heridas, generar cierta confianza sobre la figura del entrenador y eliminar los miedos que pudiera tener el entorno. La realidad no cambia en exceso pero sí que minimiza sus consecuencias.
Para esta última alegría de 2017, Luis César siguió confiando en su base y estructura. Con el único cambio de Anuar Tuhami por el sancionado Luismi Sánchez, el Real Valladolid vivía su última batalla del año ante un Estadio José Zorrilla que apenas congregó a 7.000 espectadores pero que vieron una sufrida victoria del Real Valladolid para cerrar el 2017. Excesivamente sufrida por la renta de tres goles que los locales tenían en el minuto 38. Pese a ello, el equipo necesitaba ganar y lo hizo.

¡Ver para creer!

Siete minutos, siete, necesitó el Real Valladolid para marcar dos goles. InimaginableAnuar Tuhami y Mikel González, en su caso en propia puerta, adelantaban al equipo local cuando no se había llegado ni a los 500 segundos de juego. En ese momento en cualquier estado habría una fiesta total pero en el Nuevo Estadio José Zorrilla es diferente. La reciente remontada (2-3) del Club Deprotivo Numancia marca cualquier ventaja que tenga el Real Valladolid. Pese a esos miedos, el inicio resultaba increíble para los pocos pucelanos congregados en el feudo vallisoletano.
Quizás más por demérito del Real Zaragoza que por mérito del Real Valladolid, el partido caía del lado del conjunto local. En ese momento, y dándole aún vueltas a lo vivido ante los sorianos, el Pucela y Luis César Sampedro tenían el examen de demostrar que han aprendido de los errores. Si esa remontada de los de Jagoba Arrasate valía para algo era para demostrarlo en este duelo. La necesidad de una versión B debía aparecer. Ver a un equipo local replegado y marcado por el contragolpe debía imponerse, como sí se hizo en esta ocasión.
Una buena versión de los centrales, contundentes como nunca, y una pareja de centrales bien unida ofrecía libertad a los extremos. Corriendo a los espacios Óscar Plano Pablo Hervías llegaría el tercer gol. Asistiendo el '23' a Jaime Mata, el encuentro parecía sentenciado pero sólo por unos segundos. Los errores llamativos de la defensa del Real Zaragoza se traspasaban al área de Jordi Masip.


Dos rebotes dejaban el balón suelto en los últimos metros y Boja Iglesias recortaba distancias justo antes del descanso. Un susto para la defensa pucelana y para el Real Valladolid antes de cerrar una inimaginable primera parte. Goles, acierto, ideas y claridad. 45 minutos que rozaban la perfección salvo por el tanto aragonés.

Sufrimiento y victoria

Éste no es un Real Valladolid que consiga evolucionar mucho sobre sus errores o, al menos, que lo demuestre. Por suerte en esta ocasión todo cambió y los de Sampedro iniciaron replegados el segundo acto. Querían mantener el marcador y no mostrar sus debilidades como sí han hecho en otras ocasiones. Lo consiguieron en muchas fases del partido pero terminaron sufriendo. Como siempre. Ni en 2017 ni en 2018 ni, por supuesto, en 2019 el Real Valladolid firmará victorias importantes sin sufrimiento.
Un penalti innecesario y excesivo de Kiko Olivas metía definitivamente al Real Zaragoza. Pese a que no tendrían grandes acercamientos, el miedo estaba ya en el cuerpo. El doblete de Borja Iglesias asustaba para el tramo final. 12 minutos de infarto y miedo para los locales pero, por suerte, los pucelanos sumarían tres puntos.
Con esta victoria, el Real Valladolid de Luis César Sampedro llega hasta los 29 puntos. Sin ser una gran cifra ni, con ella, poder llegar a una buena posición, la victoria dejará que los blanquivioleta puedan disfrutar de una buena Navidad. Sufrida, como siempre, pero en la que, al menos, Luis César y los suyos podrán sonreír. Y no es poco.

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