Uno de los capitanes del Real Valladolid, como Borja Fernández, cogía el testigo de Pablo Hervías y Antoñito Regal tras el pitido final del partido en Pamplona para analizar una derrota que deja a los pucelanos "bastante fastidiados", en palabras del '8' blanquivioleta. Es un trago duro de asumir porque "conseguimos remontar un partido que hacía mucho que no lo hacíamos" para intentar firmar una victoria fuera que "hubiera sido una importante". Aunque reconoce que "no teníamos el partido controlado pero sí muy a favor", la experiencia de Borja le hace ver, en estas declaraciones recogidas por Radio MARCA, que no hay que bajar los brazos.
Hablar de este encuentro es hacerlo del estadio del césped y de toda la polémica del aplazamiento del partido. Borja ha confesado que el terreno de juego "no estaba demasiado bien" aunque "pensábamos que íbamos a estar peor". Pese a todo "no es ninguna excusa" y el Real Valladolid tiene que asumir una dura derrota, la primera de 2018.