Tras dos victorias consecutivas, el Real Valladolid viajó hasta Tenerife con una 'oportunidad de soñar'. Los de Luis César Sampedro se habían ganado esa opción. Tras variar su estilo de juego y dar con el equilibrio en sus movimientos gracias a los resultados, el duro viaje para visitar a un Club Deportivo Tenerife en horas bajas generaba cierta ilusión y expectativa en un equipo que, terminado el partido, saborea un punto tras vivir a merced del rival los 93 minutos de juego.
Sin sorpresas en el once titular, y con todo la propuesta esperada en la previa, Luis César Sampedro apostaba por Chris Ramos en el frente ofensivo. El joven delantero sustituía a Jaime Mata en un planteamiento blanquivioleta que, nuevamente, buscaba no encajar. Dentro de la idea estaba marcado en rojo la opción de copiar el resultado, el estilo y el camino del partido en el Mini Estadi. Éste era un buen espejo en el que mirarse.
La ilusión estaba clara pero la realidad fue diferente. Una gran actuación de Jordi Masip y el buen registro defensivos del Real Valladolid hace sumar un punto al equipo pucelano que, por juego y ocasiones, no mereció sumar. El Club Deportivo Tenerife, muy superior, no estuvo acertado en la ejecución de sus ocasiones y claudica en un reparto de puntos que no deja igual de contentos a unos y a otros.
Las dos últimas victorias firmadas por el Real Valladolid deben generar seguridad y fuerza en el equipo blanquivioleta. Esa creencia en lo que hacen no da para mucho si falta el jugador estrella. A nivel de número y sensaciones, Jaime Mata es un jugador determinante para el Pucela y el '9' no viajó hasta Tenerife. Su baja ha sido un lastre muy alto para el equipo de Luis César Sampedro, al menos tras los primeros 45 minutos. El hecho de llegar al descanso sin tiros a puerta sobre la meta de Dani Hernández, salvo por un gol bien anulado a Javi Moyano, demostraba que los pucelanos no encontraban el camino.
Sin mordiente arriba, el área canaria era un terreno poco o nada transitado por los pucelanos. En cambio, que el mejor del partido fuera Jordi Masip demostraba que los blanquivioleta no estaban dentro del duelo que querían realizar. El arquero pucelano realizó tres intervenciones de mérito que dejaban al Real Valladolid dentro el partido. Sin ocasiones que llevarse a la boca, el partido llegaba al descanso con la única buena noticia de que los de Sampedro no iban por detrás en el marcador. Lo vivido no lastraba y, obviamente, era por demérito local y las dificultades de la dura racha con la que llegaban al partido.
Miroslav Djukic dijo, en una ocasión en su etapa en el Real Valladolid, que todo equipo y jugador es tan bueno o malo "como demuestra en su último partido". Con esta afirmación, el técnico serbio aseguraba que cree en las dinámicas de los equipos y, muy posiblemente por ello, el partido en Tenerife llegó al descanso en igualdad en el marcador. Un partido así, la temporada pasada hubiera estado sentenciado por el equipo de Pep Lluís Martí y, de igual forma, hubiera dejado más de un gol con la primera versión del Pucela de Luis César.
Con un Real Valladolid de ida y vuelta, los canarios hubieran encontrado más facilidades en los muchos acercamientos que vivieron en el primer acto. Los pucelanos hubieran defendido en inferioridad y el elogiado Masip hubiera tenido más problemas de los que ya solventó. Las dificultades no llegaron porque el Pucela estuvo arropado en una idea matizada y cohesionada con el paso de las semanas que, pese a todo, dejó muchas opciones al rival. Llegados a la hora de juego, los locales habían disparado en 15 ocasiones y el Real Valladolid en tres.
Los visitantes tienen una nueva idea pero jugaban con fuego en esta ocasión. El equipo local llegaba, llegaba y llegaba y sólo la dinámica de confianza del Pucela tras sumar seis puntos consecutivos le hacía creer en conseguir aquello que el Club Deportivo Tenerife no sumaba pese a su insistencia.
Con esa idea se llegaba al último tramo del partido pero el Real Valladolid no dio ese paso al frente que sí supo dar ante el Fútbol Club Barcelona B. Los pucelanos no adelantaron líneas con el paso de los minutos, más bien todo lo contrario. Comenzaron a dar por buena la igualada y cerraron el duelo con un juego lento y sin ocasiones que ni la entrada de la verticalidad de Giannis Gianniotas y David Mayoral pudo cambiar. Con el punto salvado por Masip, el equipo sigue sumando y alimentando una ambición que cierra la jornada a tres puntos del play off. Insuficiente renta para aumentar la ilusión pero satisfactorio botín tras lo vivido en el terreno de juego.