El filial muere en la orilla

Con la miel en los labios. Así se quedó el Real Valladolid Promesas en el Polideportivo Municipal Vicente del Bosque, donde estuvo muy cerca de sumar un triunfo de oro que hubiera supuesto el primero a domicilio de la temporada. Y es que el gol del empate del Unión Adarve llegó muy cerca del tiempo añadido, cuando el filial estaba a punto de saborear los tres puntos.

 
El partido, correspondiente a la vigésima jornada liguera y aplazado a principios de año por la nieve, que impidió llegar a Madrid a la expedición blanquivioleta, siguió el guion de los últimos disputados por los pucelanos. La primera parte fue de claro dominio local, aunque el equipo de Miguel Rivera no le perdía la cara al encuentro, sabedor de su importancia. Poco antes del intermedio, los vallisoletanos tuvieron que lamentar una nueva lesión, en este caso la del tudelano Miguel de la Fuente, que tuvo que ser sustituido por un esguince en su tobillo izquierdo.
En la segunda mitad, el Promesas generó más peligro, logrando inaugurar el marcador gracias a una falta lejana botada por Antonio Domínguez que peinó Alejandro Carrascal en la frontal para que el colombiano Luis Suárez recortase y batiese a Cristian Lobato Parra con la izquierda. A partir de entonces, el conjunto madrileño apretó en busca de un empate que terminó llegando a escasos segundos del tiempo añadido, mediante un derechazo de Iván Mateo, que había ingresado en el terreno de juego tras el descanso. Incluso el Unión Adarve tuvo la victoria más tarde en las botas de Gerado García Berodia, pero el empate fue inamovible.
Un punto que no saca de pobre al Promesas, que continúa penúltimo, a dos puntos del play out y a cinco de una permanencia que, aunque aún es posible, cada vez se antoja más complicada. El próximo duelo del filial será este sábado en el campo del Rápido de Bouzas, conjunto revelación en el Grupo I de Segunda División B.