La metamorfosis de Rubi

Este viernes, y desde las 21.00 horas, el Real Valladolid disputa un partido muy importante. El equipo de Luis César Sampedro recibe al líder de LaLiga 1|2|3. La Sociedad Deportiva Huesca, que lleva la firma del exblanquivioleta Joan Francesc Ferrer, 'Rubi', está en el mejor momento de su historia. Posee unas cifras inmejorables, no sólo en la temporada sino, también, en la historia reciente de la categoría y llegará al Nuevo Estadio José Zorrilla con la histórica dinámica de cinco victorias consecutivas. Esta visita del conjunto altoaragonés, que acumula dos triunfos consecutivos en Valladolid, es el regreso del entrenador catalán a la que fue su casa en la campaña 2014/2015.

 
Tras caer en el play off de ascenso de 2015 ante la Unión Deportiva Las Palmas de Paco Hererra, Rubi no ha regresado a Valladolid. Ahora lo hace como líder de la categoría y en una situación idílica. Todo tras crecer y sufrir como entrenador en la élite. ¿Qué ha vivido el míster desde su salida de Valladolid? ¿En qué ha cambiado? ¿Y en qué ha mejorado? Los datos de 'su' Huesca llevan a muchas cuestiones.

Dos descensos

En el argot de los entrenadores dicen que uno no es 'entrenador' en toda su expresión hasta que es destituido. Rubi no es cesado desde 2008, cuando lo vivió en la Societat Esportiva Eivissa, pero sí que desde su salida de Valladolid ha vivido dos mazazos que te hacen ver el trabajo de otra forma. Tras Pucela, y antes de llegar al Estadio de El Alcoraz, Rubi sólo había entrenado en Primera división. Aquella categoría que parece estar cerca de alcanzar con el equipo azulgrana es la que perdió con el Levante UD en 2016 y con el Real Sporting de Gijón en 2017.
49 partidos en la élite y sólo 11 victorias llevaron al actual entrenador oscense a firmar dos pérdidas de categoría. Éste es un lastre que estará en su curriculum, pero dos temporadas que, por lo visto este año, le han enseñado a él y a un inseparable cuerpo de trabajo, muchas facetas de este deporte y le han hecho variar la concepción de otros.
Dicen que en el fútbol, como en la vida, se aprende de los golpes recibidos. Rubi recibió dos en dos temporadas tras cumplir su sueño de entrenar en Primera y ahora sueña con contrarrestar esos descensos con el ascenso del Huesca. El camino lo tiene marcado. Sólo le queda terminar de definirlo.