Victoria de fe del Real Valladolid ante la UD Almería para salvar, una semana más, el enésimo ulimátum sobre la figura de Luis César Sampedro, que estuvo, por momento, en cuidados intensivos. Los almerienses se adelantaron en los primeros compases del partido por medio de Sulayman Marreh (3') y los locales se marcharon por detrás en el marcador al descanso, pero el técnico gallego movió ficha, dando entrada a otro equipo en la segunda mitad. Los blanquivioleta se echaron hacia adelante y Óscar Plano (60') , en primer lugar, y Jaime Mata en la recta final (85'), completaron la primera remontada con triunfo de la campañada. El entrenador pontevedrés y los suyos, siguen con vida una semana más.
Sin Luismi Sánchez, entre algodones toda la semana, pero sí con Javier Ontiveros sobre el césped, al gaditano le suplía Anuar Tuhami como escudero de Borja Fernández en la sala de máquinas y el jugador cedido por el Málaga en el once en detrimento de Óscar Plano. Giannis Gianniotas en el costado izquiera era, de nuevo, la apuesta de un Luis César Sampedro avocado a los ultimátum constantes y que tendría que superar, en esta ocasión, a un Lucas Alcaraz que le ganó la partida de inicio optando por salir con tres centrales. La presencia del pichichi Jaime Mata no era para menos.
Tras un sentido homenaje en recuerdo de Gabriel Cruz y sin apenas tiempo para asentarse sobre el terreno de juego, los peores augurios se cumplían para el Real Valladolid. Sulayman Marreh, hombre importante para Lucas Alcaraz que no para Luis César Sampedro en sus meses a orillas del Pisuerga, cabeceaba desde el área pequeña y al fondo de las mallas un saque de córner cuando tan solo se habían disputado tres minutos de juego. Otro error defensivo, otra vez la ley del ex y otra vez a remolque; la historia se repetía para el Pucela.
Lejos de venirse abajo, los locales se repusieron del golpe y a punto estuvo de igualar la contienda, pero una gran parada de René detuvo el remate de Javi Moyano tras un buen servicio de Giannis Gianniotas. Los blanquivioleta se animaban poco a poco, pero movidos por la ansiedad de verse por debajo en el marcador, se abocaron en exceso a conducir el balón y olvidaron el juego combinativo. Craso error. Los pupilos de Lucas Alcaraz, estratega defensivo como pocos y con tres centrales de inicio en el Nuevo Estadio José Zorrilla, cortaban en la medular las internadas de un Javier Ontiveros muy activo pero impreciso y, en contadas ocasiones, del extremo griego incapaz de desbordar por la línea de cal.
Negados por el centro, el Real Valladolid solamente encontraba soluciones en su banda derecha, con un Pablo Hervías percutiendo constantemente. Y precisamente de las botas del logroñés salió un centro que cerca estuvo de materializar Anuar Tuhami de cabeza, pero se fue por encima del travesaño. La UD Almería resistía los envites de los locales, buscaba salir el contraataque y sembraba el pánico en la zaga pucela en cada una de las jugadas a balón parado que disponía. De hecho, cumplida la media hora de encuentro, Owona, en primer lugar y Gaspar Panadero, minutos después, tuvieron en sus botas el 0-2 ante la incapacidad de los zageros banquivioletas de despejar los centros sobre su propia área.
Los jugadores rojiblancos, sabedores de que el descanso estaba a la vuelta de la esquina y de que el botín que atesoraban valía oro, trataron de interrumpir el juego con constantes pérdidas de tiempo, lo que obligó a Ais Reig, colegiado del encuentro, a aparcibir a varios jugadores visitante. No obstante, entre interrupción e interrupción, la figura de Jaime Mata apareció, y gozó de las dos mejores ocasiones del Pucela antes de marchar a vestuarios. En la primera, no estuvo lo suficiente rápido para definir en un mano a mano y en la segunda, que sí conectó el remate, apareció un providencial Renés que detuvo el cabezazo del '9' sobre la línea de gol. Despedidos con pitos, los pupilos de Luis César Sampedro marcharon a vestuarios para idear la remontada.
Todo pasaba por dar un paso adelante y esa fue la consigna que lanzó el técnico gallego con un doble cambio ofensivo en el descanso. Míchel Herrero entraba sustituyendo a Anuar Tuhami y Óscar Plano en detrimento de Pablo Hervías, desplazando a Giannis Gianniotas al costado derecho.Y ya desde un inicio se vio a un Real Valladolid más volcado arriba, pero la UD Almería lo castigó a la contra y cerca estuvo Pozo de hacer el segundo para los suyos, pero Jordi Masip lo evitó y, junto con los cambios, los locales se reanimaron.
Minutos después, con más corazón que fútbol, llegó el premio para los blanquivioleta. El recién ingresado Óscar Plano anotaba de volea tras un buen servicio al segundo palo de Javier Ontiveros cuando corría el minuto 60. La UD Almería, que había perdonado en varias ocasiones para sentenciar el encuentro, se venía abajo por el mazazo que supuso el zapatazo del madrileño.
El Pucela mejoró y fue creciendo con el paso de los minutos. Míchel Herrero, liberado de tareas destructivas, lograba conectar constantemente con los hombres de ataque, y Giannis Gianniotas y Javier Ontiveros echaban el resto, mucho más cómodos con la presencia del valenciano. El marbellí, sin embargo, acusó el esfuerzo y fue sustituido por Toni Martínez. Haciendo acopio de su valentía, Luis César Sampedro afrontaba bola de partido en contra con dos delanteros sobre el césped.
El Real Valladolid, volvado en busca del triunfo, fió sus opciones a un fútbol más directo basado en los centros laterales desde las bandas que tuvo su recompensa en la recta final. Tal y como dicta el guion para los blanquivioleta esta temporada, después del error defensivo de la primera mitad y el consiguiente gol de un ex como es Sulayman Marreh, únicamente faltaba Jaime Mata y su cita con el gol. En el minuto 85 fue una realidad tras un envío medido desde la derecha de Borja Fernández que cabeceó al fondo de la red el pichichi de la categoría. El Pucela daba la vuelta al encuentro y sellaba la remontada cuando solamente quedaba un suspiro.
La UD Almería, en la lona y a merced de los blanquivioleta después de haber encajado el primer tanto, no tuvo tiempo para reaccionar y fue el Real Valladolid quien tiró de oficio para dejar morir el encuentro sin sobresaltos y volver a dar vida, una semana más, a un Luis César sampedro que volvió a superar un ultimátum en contra. El guion de la temporada, incluidos los tres puntos en casa, no cambió ni un ápice, y los goles de Óscar Plano, una de las sustituciones del gallego, y el enésimo de Jaime Mata se sobrepusieron a la mala imagen del equipo.