Si el primer entrenamiento de Sergio González al frente del Real Valladolid se caracterizó porque el nuevo técnico blanquivioleta prefirió mantenerse al margen lo máximo posible mostrándose desde un prisma más observador, en el segundo adquirió un papel más protagonista, con correcciones e indicaciones a sus jugadores en la primera sesión que la plantilla afrontó este jueves, en una jornada en la que doblan trabajo por la tarde.
La mañana en los Campos Anexos estuvo protagonizada por las numerosas pruebas realizadas por el catalán, sobre todo en defensa y en el centro del campo, que mostraron que a día de hoy es una total incógnita el once que puede presentar el conjunto pucelano el domingo ante el Real Sporting. Salvo los ensayos puntuales con Míchel Herrero como mediocentro, Antoñito Regal como extremo y Luismi Sánchez como central, el resto de jugadores no vieron modificadas sus posiciones naturales, predominando un doble pivote mixto (un un futbolista ofensivo y otro defensivo) y dos delanteros en ataque.
Borja Fernandez se entrenó con total normalidad, por lo que parece que la lesión producida el pasado domingo en Tarragona no le va a impedir estar disponible para enfrentarse a los asturianos. Además, Nooh Al-Mousa también se reincorporó al grupo, mientras que las únicas ausencias fueron las de Toño Cotán y un Pablo Hervías con molestias en la rodilla. La buena noticia llegó por parte de Deivid Rodríguez, que comenzó a trabajar con balón en la segunda fase de su recuperación.