Es Noticia
Real Zaragoza
3-2
Real Valladolid

La final, en el Zorrilla

Ángel Velasco B.

Visitar el Estadio de La Romareda siempre es importante. Es una fecha destacada dentro de cualquier calendario pero más a estas alturas de la temporada y teniendo en cuenta la situación del Real Valladolid, segundo mejor equipo de la categoría desde la llegada de Sergio González. Con estos ingredientes y un rival con dos puntos más que el equipo blanquivioleta, el duelo se vivía, ya desde la previa, con la importancia de una oportunidad inmejorable para ambos equipos en su único objetivo de la promoción. Play off y nada más para ambos equipos.

 
Con el guión bien aprendido pero, sobre todo, con su película entre ceja y ceja, el Real Valladolid salía al césped zaragocista con su idea y sin variar ni un ápice la base de las últimas jornadas. Cubriendo la baja de Nacho Martínez con la entrada de Borja Herrera, el Pucela apostaba por la idea que tan buenos resultados le ha dado en las últimas jornadas. Esa idea de jugadores llevaba a pensar en un partido largo, un encuentro "maduro", como lo denomina Sergio, en el que ocurriesen pocas acciones desde la fortaleza defensiva del equipo.
La idea fue una, la realidad, otra bien distinta. Un encuentro loco, con mucho protagonismo del colegiado, deja el encuentro del próximo sábado, ante Club Atlético Osasuna, como la gran final en la que el Real Valladolid verá definida su temporada. 

Sólo medio trabajo

Llegaba el minuto 45 del partido y el colegiado Arcediano Monescillo declaraba el final de la primera parte. Ambos equipos, muy mojados tras el fuerte chaparrón caído en Zaragoza durante la primera parte, regresaban al vestuario y el marcador favorecía al Real Zaragoza. Injustamente por méritos y propuesta. Justamente por acierto. Un tanto de Borja Iglesias tras el primer cuarto de hora marcaba la diferencia y dejaba la sensación de que el equipo de Sergio sólo había firmado la mitad del trabajo que quería hacer en La Romareda.
Tras esos primeros 45 minutos, la sensación era clara. El equipo pucelano había sido mejor que el rival, en dominio, sensación de pleigro y creación de ocasiones. El trabajo no era perfecto porque la lectura del último cuarto y del último pase no estaba siendo la correcta. Toni VillaÓscar PlanoPablo Hervías generaban fútbol y peligro pero no daban con un buen último pase.
Esa mala lectura final, unida a la mala defensa realizada en dos acciones en el primer cuarto de hora dejaba el marcador en contra. La realidad era negativa pero las sensaciones, muy positivas. El equipo de Sergio sabía qué debía hacer en el duelo en Zaragoza pero sólo conseguía cumplir su objetivo en un 50% y eso, a estas alturas de la temporada, ante un rival como el maño y en un estadio como La Romareda es insuficiente. Fechas y escenarios así exigen el 100%.
El Real Valladolid necesitaba un plus más y lo consiguió, posiblemente, tras los peores minutos del partidos. El inicio de la segunda parte apuntaba a un mejor Real Zaragoza que Real Valladolid. Pese a ello, un buen centro de Borja Herrera terminaba en el fondo de las mallas tras un gran remate de Toni Villa. El encuentro volvía al punto de inicio antes de iniciar la mutación que marcaría el duelo

Partido de play off

El partido transcurría con la intensidad lógica de un partido de estas características pero todo cambió a la hora de juego con el penalti señalado sobre Borja Iglesias, que supondría el 2-1, y la expulsión de Iñigo Eguaras pocos segundos después. Estas dos acciones, unidas con las tres amonestaciones en la acción del penalti, encendían a los dos equipos y al Estadio de La Romareda. Con todo, el partido mutaba. De un encuentro importante pasaba a ser un duelo de play off.

Jaime Mata, en una acción del partido en La Romareda (Foto: Dani Marzo).

El objetivo ya era directo. El Pucela necesitaba, como poco, un gol. El Real Zaragoza, por su parte, mantener la ventaja y minimizar la inferioridad numérica. Sin ideas pero con intención, el Real Valladolid intentó conseguir su partido pero no es que no lo hiciera, es que el Real Zaragoza asentó el suyo. Otro penalti, éste mucho más dudoso que el primero, permitió el triplete de Borja Iglesias y cerró las opciones pucelanas para el partido y, a su vez, complica los números del Pucela para entrar en la promoción. En el Nuevo Estadio José Zorrilla y ante Club Atlético Osasuna, el Pucela se jugará la temporada.

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