El enfado del Real Valladolid en el Estadio de La Romareda era mayúsculo. Sergio González no lo quiso expresar pero Miguel Ángel Gómez, sí. El director deportivo pucelano se mostró "indignado" tras el encuentro. El sentir del andaluz era el mismo que el del vestuario, aunque éste no quisiera expresarlo, como le ocurrió a un Míchel Herrero que aseguró que "no tenemos palabras". Afirmando que "no es grato lo que nos ha ocurrido", el '21' blanquivioleta argumentaba que "no voy a decir nada porque ya es pasado".
Míchel ya no se quería centrar en lo vivido pero sí en el futuro a corto plazo. "Lo único que queda es jugar la semana que viene y ganar" porque "dependemos de nosotros" y, ahora, depender del Real Valladolid es casi un seguro. "Lo único que tenemos que hacer es estar orgullosos del partido. No podemos quedarnos aquí". La motivación es alta. "En casa, una final, dependemos de nosotros...". Pocos ingredientes faltan al cóctel del partido del sábado porque, además, "es lo que queríamos".
Éste era el objetivo de un equipo que, según Míchel, sale "reforzado" de Zaragoza. "Hemos hecho un esfuerzo increíble después de cómo se ha dado el partido". Creyendo que "no podemos combatir contra todos", Míchel aseguraba que por lo que "estaba en nuestras manos" no fue.