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Las anécdotas de un día de fiesta

Jesús Pérez Baraja

Toda celebración que se precie cuenta con sus momentos más divertidos que, sin duda, se sucedieron durante toda la jornada del domingo tras el ascenso del Real Valladolid. Los repasamos a continuación:

1.- La "alegría" de Rotpuller

A pesar de no sumar ningún minuto en el campo en sus meses como blanquivioleta, el central austriaco fue uno de los jugadores que más "contentos" se mostraron desde primera hora de la mañana. "Este va a otro ritmo" decía alguno de sus compañeros.

Con aparentes pocas horas de sueño encima, el defensa no dejó de cantar y saltar en la recepción del Ayuntamiento al equipo, aunque posteriormente desapareció en la de la Diputación y no estuvo en la continuación de los festejos por la tarde.

Su nombre fue pronunciado varias veces sobre el escenario de la Acera Recoletos, siendo muy comentada su ausencia.

Sin embargo, cuando el fin de fiesta estaba próximo, Lukas Rotpuller irrumpió en la celebración, cogió el micro y se excusó diciendo: "ayer un poco de fiesta". Sus palabras provocaron las risas entre los aficionados y en el resto de miembros de la plantilla, que no dudaron en mantearle.

2.- El baño de Guille Lara

Los jugadores disfrutaron mucho durante el paseo en barco por el río. A medida que 'La Leyenda del Pisuerga' se acercaba al centro de la ciudad, los puentes cada vez estaban más abarrotados de seguidores.

A punto de anclar en el embarcadero de la Playa de las Moreras, destino final de la travesía, Guille Lara, portero del Real Valladolid Promesas, se subió a la barandilla del barco. Los futbolistas comenzaron a cantar "no se atreve" repetidas veces picando al meta para darse un chapuzón.

Ni corto ni perezoso, el andaluz, tras varios amagos, se lanzó al agua del Pisuerga en medio de las risas de sus compañeros, que posteriormente le ayudaron a subir a bordo de nuevo.

3.- La camiseta de Ontiveros

Otro de los jugadores que mejor se lo pasó fue Javi Ontiveros. El extremo cantó y bailó durante todo el trayecto de autobús. Aunque tímido con el micro, su llegada a la Acera Recoletos revolucionó el ambiente hasta el punto de que, cuando fue presentado por megafonía, no dudó en quitarse el polo del Club que llevaban todos.

La prenda terminó llegándo a las manos de Jaime Mata, que, en vez de devolvérsela al marbellí, la lanzó al público. La afición, por supuesto, no envió de vuelta al escenario tan codiciado artículo, y el cedido por el Málaga CF tuvo que coger prestada una camiseta para no pasar el resto de la tarde con el torso al descubierto.

4.- Las lágrimas de Mata

Uno de los momentos más emotivos del día se produjo en pleno fin de fiesta en Recoletos. Por enésima vez la afición pidió a Mata que se quedara y, el delantero, ya firmado por el Getafe CF, no pudo contener las lágrimas ante el cariño mostrado por todos.

Sus compañeros le rodearon en medio de un inmenso abrazo, pero el Pichichi, muy afectado, no pudo seguir hablando por el micro y se retiró a un segundo plano, sentándose en el fondo del escenario lleno de lágrimas bajo sus gafas de sol. Varios miembros del Club acudieron a consolarle, incluido el presidente Carlos Suárez.

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