Tristemente, en el mundo del fútbol se esta perdiendo el factor sorpresa desde el banquillo, aquel que se puede lograr con jugadores que aporten frescura y dinamismo al ataque o, lo que es lo mismo, lo que ha conseguido aportar Giannis Gianniotas en el Real Valladolid 2017/2018.
Aunque es cierto que el griego no consiguió prolongar el fascinante inicio de temporada en el que convertía en oro y gol todo lo que tocaba en situación ofensiva, su aportación al equipo pucelano, ya fuera con Luis César Sampedro o Sergio González, ha sido muy destacada.
Un total de 33 partidos, siendo sólo 10 como titular y apenas tres de forma completa, han demostrado qué tipo de perfil ha tenido el jugador heleno esta temporada de blanquivioleta. Pese a todo ello, nadie puede dudar de que el '7' haya aportado su grano de arena al equipo pucelano.
Los tres goles anotados y las ocho amonestaciones vistas hablan de un futbolista con mucha influencia en sus poco más de 1.100 minutos de juego. En ellos se ha visto a un jugador muy competitivo, de mucho carácter y de fuerte insistencia y movimientos en la presión.
Con todo ello, y pese a su rol, su entrada siempre era bien recibida por el Nuevo Estadio José Zorrilla y aumentaba las ilusiones y las expectativas de la grada pucelana. Desde su maravilloso debut ante el Granada CF, donde marcó en su primera intervención, hasta su aportación en el definitivo duelo ante el Club Deportivo Numancia, que le llevó a vivir el ascenso desde dentro.
El perfil de Gianniotas es muy importante para un entrenador, pero es un rol muy difícil de entender para un jugador. Con todo, el griego ha sabido aportar al Pucela y ganarse a todo el entorno. No era visto por muchos como una opción para la titularidad, pero sí que era requerido por todos para la segunda parte.
En Zorrilla todos confiaban en el futbolista para el tramo decisivo de los partidos. Daba igual en qué contexto. Con el duelo iniciado, todos pedían al '7'.