Es innegable. Jaime Mata ha sido el jugador más importante de la temporada del Real Valladolid. Los 35 goles anotados y los 3.766 minutos de juego, que le hacen ser el jugador más utilizado de la temporada, ha tenido sus connotaciones negativas para algunos de sus compañeros. Asier Villalibre fue el gran perjudicado hasta el mes de enero, pero, tras su marcha, sería Toni Martínez, delantero que llegó en el mercado invernal.
El futbolista murciano, procedente del West Ham United, llegó al Nuevo Estadio José Zorrilla para cubrir el hueco del ariete vasco y ser la competencia directa del '9' pucelano, por encima de la apuesta de Chris Ramos. Un jugador de perfil inglés potenciaba a un equipo que no llegó a confiar nunca en ver al '9' y al '14' juntos.
Era uno u otro. La confianza en Jaime Mata hacía que los minutos del delantero fueran residuales o sustitutivos. En total, 222 repartidos en 11 partidos. La muestra del factor secundario de Toni es que el futbolista sólo fue titular en dos encuentros, aquéllos en los que Mata estaba sancionado. Sin llegar a terminar ninguno de esos duelos, el resto de duelos fueron como suplente, pero sólo en uno sustituyendo a la máxima referencia del equipo.
Con ese puesto de segundo plano muy definido, un día destacó la cesión de Toni Martínez a Valladolid. El 28 de abril el Cádiz CF visitaba Pucela y Jaime Mata estaba sancionado. Mientras el '9' no podía ser de la partida en el equipo de Sergio González, Toni, ya asentado en el equipo, tenía su gran oportunidad.
Segunda titularidad de la temporada, partidos con más minutos de la cesión y su único gol de su estancia. Tristemente no todo pudo ser perfecto. Al tardío tanto del equipo gaditano había que sumar la lesión del valenciano. Sobrepasada la hora de juego, Toni pidió el cambio y cerró con tristeza su día más importante en Valladolid.
Sin grandes oportunidades, la temporada de Toni Martínez está marcada por el gran momento de Jaime Mata. Ese 10 del delantero madrileño ha condicionado y mucho las opciones de un Toni Martínez que deja Valladolid con un puñado de minutos y un gol, pero con el recuerdo del ascenso y un amplio pero solo aprobado en su análisis.