El estilo de juego del Real Valladolid en el empate (0-0) ante el Girona FC bien definió cuál iba a ser el camino del equipo de Sergio González. Los blanquivioleta mostraron en el Estadio de Montilivi una importante solvencia defensiva. El entramado de juego del equipo está definido para que no se sufra en campo propio y, ahí, el esfuerzo es total.
Toda esa seguridad defensiva que ha llevado a que el equipo sólo ha encajado un gol en los tres primeros partidos confirma que el Real Valladolid está bien trabajado y que los jugadores, de forma individual, entienden que éste es el sustento para poder luchar por el objetivo a final de temporada.
La concienciación es total y el estado de forma, también. Desde Jordi Masip, determinante en los tres partidos acumulados, hasta la zona ofensiva. Todos están en un buen estado de forma, aunque en este sentido hay cuatro jugadores que destacan por encima del resto.
Hablar de la efectividad defensiva de este Real Valladolid es hacer de la pareja de centrales que forma Kiko Olivas y Fernando Calero. El '4' y el '5' suman grandes actuaciones en estas tres primeras jornadas. Se han sabido compenetrar en acciones técnicas y tácticas y, a su vez, han mostrado un nivel de juego individual de gran nivel.
Así, y unido al buen hacer de Javi Moyano en el perfil derecho de la defensa y de Anuar Tuhami en la zona central, el Real Valladolid ha dejado claro en este inicio liguero que no va a ser un equipo fácil. Tiene carencias, como todos, pero sabe muy bien cuál el camino para que estas no sean protagonistas.
El sustento del actual Real Valladolid es la seguridad defensiva y, ahí, el conjunto blanquivioleta está muy bien armado. Tanto como para haber encajado sólo un gol en los tres primeros partidos ligueros y hacerlo con una plantilla aún sin terminar.