"Hemos sido un vendaval"
El Real Valladolid necesitaba una victoria y Sergio González, también. El técnico blanquivioleta, que estaba convencido en la previa del trabajo de su equipo, respira aliviado tras imponerse (2-1) al Levante UD. Es el premio al trabajo y la dedicación de un equipo que, por si fuera poco, en esta ocasión remontó el partido. Con todo, la alegría era inmensa.
"Hemos sido un vendaval". Así de directo y realista ha sido Sergio en su comparecencia. La definición es clara pero el análisis, más completo. "Hemos hecho un muy muy buen partido, completísimo", ha asegurado. "En la primera parte nos ha faltado sólo acierto. El gol tan tempranero nos ha marcado un antes y un después para demostrar la garra y el espíritu del equipo", ha narrado.
Lógico sufrimiento
Pese a todo, el equipo ha sufrido. "Prácticamente no se ha notado que éramos uno más. Hemos sufrido, pero sobre todo estoy contento por los jugadores", ha confirmado un Sergio que ha desvelado su estrategia: "hemos intentando aislarles de los puntos y hacerles ver todo lo que han hecho bien".
"El principal mérito es de los jugadores", ha asegurado al hablar sobre el segundo gol
Dentro de las ideas del equipo, Sergio ha confirmado que "buscamos lo mejor para el equipo" y "cuando enfrente tienes dos mediocentros con recorrido les puedes hacer frente" pero "con un mediapunta igual necesitas algo más posicional".
Sergio y sus ayudantes disponen pero los jugadores ejecutan. "El principal mérito es de los jugadores", ha asegurado al hablar sobre el segundo gol. "Si Míchel no golpea, si Óscar no arrastra...y luego lo que hace Nacho es exquisito". "Vamos de la mano", ha asegurado.
La alegría del Pucela es completa aunque, posiblemente, tenga un pero. "Con tanta alegría no lo hemos comentado", ha asegurado Sergio antes de anunciar que "Moyano ha salido con un amago de contractura, Óscar molestias en el hombro..."
Son muchos los condicionantes y "poco tiempo para el partido" pero a Sergio no le preocupa. "Si no jugarán otros compañeros", ha sentenciado un entrenador feliz pero no eufórico tras su primera victoria en Primera con el Real Valladolid.