El Real Valladolid está en un buen momento. Desde el séptimo puesto de la clasificación, el equipo de Sergio González vive un sueño. Alejado de los puestos de descenso y con una racha de tres victorias consecutivas, es momento de preguntarse cómo ha conseguido el equipo esta dinámica. Es bueno preguntarse cómo se ha llegado a esta situación.
Hay muchas lecturas, siendo un gran porcentaje de ellas interpretables y subjetivas, pero una de las teorías que no tiene vuelta de hoja es la de la limpieza del Pucela en el juego. Tras ocho partidos ligueros disputados, el equipo de Sergio González posee el segundo registro más bajo de amarillas de la categoría.
Con sólo 13 amonestaciones en este inicio, promediando 1,62 por partido, el Real Valladolid tiene sólo menos amonestaciones que el Fútbol Club Barcelona. Es cierto que el equipo blanquivioleta está empatado con el Rayo Vallecano, pero el equipo rayista tiene un partido pendiente ante el Athletic Club.
Así, con sólo 13 cartulinas y ninguna roja en este inicio liguero, el Real Valladolid muestra un detalle de su juego, identidad y estilo. Con él está siendo suficiente para que el equipo de Sergio González se aúpe a una posición inimaginable hace sólo unas semanas, tras la derrota (0-1) ante el Deportivo Alavés.
Esas 13 amarillas vistas por el Pucela en este inicio liguero se han repartido entre 10 jugadores. Si bien Antoñito Regal, Anuar Tuhami, Míchel Herrero, Óscar Plano, Enes Ünal, Javi Moyano y Kiko Olivas han visto una, Duje Cop, Nacho Martínez y Rubén Alcaraz han visto dos.
Confirmando que el registro de amonestaciones es muy bajo en el equipo, el Real Valladolid es, a su vez, uno de los 10 conjuntos de LaLiga Santander que aún no han visto una cartulina roja y que, por lo tanto, no han vivido una inferioridad numérica en el terreno de juego.