Una de las grandes dudas que ofrece el fútbol y a la que nadie consigue dar respuesta concreta y definitiva es aquélla que habla de 'competir'. ¿Qué es exactamente? Sea lo que sea, de forma categórica u opinión personal, éste es un término que, actualmente, resume a la perfección el Real Valladolid de Sergio González.
Tras sumar tres victorias consecutivas y vivir el parón desde el séptimo puesto, el Pucela viaja al Estadio Benito Villamarín con importantes bajas ofensivas en la zona ofensiva. Pese a ellas, nadie dudaba de que el Pucela daría la cara, que es algo muy similar a competir. La sensación en la previa se cumplió, y desde el pitido inicial de Alberola Rojas.
Con la novedad de Antoñito Regal en el once titular el Real Valladolid comenzó a forjar la cuarta victoria consecutiva de la temporada. El '18', en un partido muy especial para él, se coronó como gran protagonista del duelo al marcar su primer gol en la élite y su primer tanto como blanquivioleta.
Antes del tanto del andaluz, en una acción de contragolpe, el Real Valladolid ya había demostrado adaptación al partido, signo de competitividad determinante de un equipo. Pese a las bajas, los de Sergio mostraban una cara desenfadada y atrevida. El Pucela quería seguir sumando y sabía cómo quería y podía hacerlo.
En una idea similar a la desplegada en la victoria (0-1) ante el Villarreal CF, el Pucela supo adaptarse a los condicionantes de la previa y transcurridos en el partido para ofrecer una lectura correcta al duelo. Con una idea de mucha pausa y poso con balón, el equipo sabía qué debía hacer cuando le tocaba correr. Así marcó el tanto y así supo crear miedo al equipo de Quique Setién durante todo el partido.
Leer y dibujar bien un partido es una exigencia del entrenador, ejecutarlo bien, otro síntoma de competitividad de un equipo que hace ya varias semanas demuestra madurez. Esa sensación de equipo hecho, pese a llevar sólo unas semanas en Primera, regaló unos minutos de tutorial de empaque defensivo del equipo blanquivioleta.
Tras el tanto de Antoñito, el Pucela supo dormir el encuentro hasta el descanso. Un encuentro de ida y vuelta no interesaba al Pucela y el grupo lo sabía. Tras el gol, juntaron líneas y cerraron todos los espacios ante el juego combinativo del Real Betis. Los de Setién tenían el balón pero sin opciones para un último pase. Adaptarse, de una forma amplia o mínima a las condiciones del rival, es la enésima muestra de competitividad de este Pucela está mostrando.
Esa opción de replegarse, para hacer el partido feo, y así adormecer la sensación de peligro del rival no se quedó en el tiempo de descanso. El Real Valladolid la amplió con creces en el segundo acto. El Real Betis seguía siendo el dominador de balón pero no del partido. La sublime lectura de Leo Suárez entre líneas, el incontestable trabajo de Enes Ünal y la verticalidad de Antoñito Regal, además de la calidad de Toni Villa, hacían mucho daño a la defensa verdiblanca.
Con estos rasgos, los pucelanos, con pocas ocasiones y poca posesión, generaron más sensación de peligro que un Real Betis al que le sentaban mal el paso de los minutos. El avance del duelo favorecía al Pucela ante un rival que parecía mirar ya al duelo ante el AC Milán.
El sueño verdiblanco de esta temporada pasa, desde hace semanas, por el duelo en el Estadio de San Siro. El del Real Valladolid, desde la importante victoria (2-1) ante el Levante UD, es más sencillo pero, ahora, ningún vallisoletano lo cambia. Tras 12 puntos de 12 posibles, el sueño pucelano es indescriptible porque nadie compite como este Real Valladolid. Así, nadie puede decir cuál es el sueño de este Pucela, sólo que éste continúa.
Hay un dicho que dice,viva er Betis mar que pierda.... y perdio y perdio con un Real Valladolid que juega sin complejos y con la leccion muy bien aprendida,y en esa leccion esta el gol de pizarra en una jugada en la que Antoñito fue el protagonista y lo podia haber sido cualquier otro jugador.Creo que modestia aparte podemos ser el equipo revelacion,eso si teniendo los pies en el suelo,ahora el Español y luego a asaltar el Bernabeu. SIEMPRE PUCELA.