La victoria (0-2) del Real Valladolid en el RCDE Stadium fue muy importante para el equipo de Sergio González. Regresar a la senda del triunfo y darle premio al trabajo y dedicación del equipo puede dejar esa victoria como un momento determinante en la temporada. En Barcelona se quedaron muchos de los nervios, fobias y miedos del Real Valladolid.
Fue una victoria balsámica que se ponía a prueba ante el Atlético de Madrid. El equipo de Diego Pablo Simeone viajaba al Nuevo Estadio José Zorrilla para calibrar al conjunto vallisoletano y a su ambición. Los pucelanos tenían una oportunidad inmejorable de mostrar su mejor versión y conseguir dos victorias consecutivas que darían fuerza al nuevo proyecto de Sergio.
El rival no era cualquiera pero la ambición pucelana estaba por encima de cualquier de otro análisis. El Real Valladolid necesitaba la victoria y la afición la pedía. Tras dos empates en casa, a la tercera tocaba la vencida y ver al equipo ganar en casa. La petición era clara pero el resultado final confirma las dificultades pucelanas para ser feliz en casa.
Las aspiraciones del equipo de Sergio no sólo ponían a prueba al Atlético de Madrid sino a muchas otras batallas internas del propio Real Valladolid. La ansiedad del equipo en casa, la necesidad de Sandro Ramírez por marcar, la prueba de Joaquín Fernández... El duelo ofrecía muchas incógnitas que cerrar en un partido que tuvo un camino similar al duelo ante el Real Club Deportivo Espanyol.
Los primeros 45 minutos transcurrieron por el camino de los partidos que quiere Sergio González. Partido lento, sin grandes ocasiones y con pocas transiciones. El tipo de partido que gusta a muchos entrenadores y que detesta el público dejaba pocos detalles y, a su vez, pocos errores en ambos bandos.
Por ello, un penalti puede marcar la diferencia. Lo marcó en Barcelona, con la ejecución de Míchel Herrero, y pudo hacerlo este domingo con la pena máxima marrada por Sandro Ramírez. El '20', necesitado de goles y confianza, mandó la oportunidad por encima del larguero y cerró cualquier opción de que el marcador se moviera en la primera parte.
Sin grandes altibajos en los primeros 45 minutos, Sandro fue el único jugador que tuvo una oportunidad clara y directa con el gol pero la marró, acrecentando la mala relación que tiene con el gol en las dos últimas campañas, y dejando en plana la primera parte de un encuentro del que se esperaba mucho más en el inicio.
Cerrada la primera parte y tras el paso por vestuarios se llegó a atisbar un pequeño cambio en la propuesta de ambos equipos pero, sobre todo, en la visitante. La exigencia llegaba al equipo de Diego Pablo Simeone que proponía adelantar líneas a su equipo.
Con mayor presencia en campo rival se presuponía un Atlético de Madrid más fuerte e insistente que, desde posesiones largas, llegó a encerrar al Pucela en su campo. Dejando el dominio al rival y buscando espacios y transiciones, los pucelanos se sienten siempre cómodos y aceptaron con buen gusto la propuesta rojiblanca.
Sumándole a este nuevo 'partido' la entrada de Waldo Rubio, el Real Valladolid quería hacer frente a los madrileños desde contragolpes que pudieran terminar Sergi Guardiola o a un recién entrado como Enes Ünal. Superado el minuto 70, con los dos primeros cambios de los locales y los tres del visitante, que variaba su esquema buscando superioridad en el centro del campo, el encuentro atacaba su fase más determinante con la idea bien definida.
El cómo se iban a vivir los últimos 20 minutos de partido no tenían misterio y ambos lo hacían con un plan muy establecido y la ambición de buscar la victoria. Ninguno quería el empate en ese momento y proponían cómo llegar al campo rival, algo que en el primer acto no sucedió.
Con el estilo de ambos palpable, el duelo terminó. Se llegó al minuto 93 y Sánchez Martínez decretó el final de un duelo que vuelve a confirmar el tipo de partidos en el que se va a manejar esta temporada el Real Valladolid, el mismo que no conoce la victoria en Zorrilla en los primeros tres partidos.
Pese al buen regusto que deja empatar ante un rival de la entidad colchonera, no ganar por tercera jornada consecutiva en casa hace que el orgullo por el duelo pucelano no sea pleno. Sí alto pero no total.
El resultado no nos deja contentos no,pero al atletico tampoco,hoy con una delantera de muchos millones la colchonera se ha estrellado contra una defensa bien organizada,el Valladolid con intensidad y con los intevalos en el marcaje a sido casi perfecta,lo peor a sido el penalti fallado por Sandro,no vamos a entrar en como lo tiró,lo podía haber tirado Michel SI,son cosas del futbol,los resultados ya llegarán,podriamos pedir Olivas selección,Salisú y Joaquín muy bien Guardiola no a sido su día,un 10 a Sergío.SIEMPRE PUCELA.