Sandro Ramírez difícilmente olvidará el encuentro de este domingo disputado entre el Real Valladolid y el Mallorca. Básicamente porque ha sido el duelo que más esperaba, el partido de su reencuentro con el gol mucho tiempo después.
El canario ha tenido que esperar dos años para volver a celebrar un tanto y lo ha festejado a lo grande, como no podía ser de otra forma: dedicatoria a la grada y piña con sus compañeros y el cuerpo técnico blanquivioleta.