El duelo entre Nacho Martínez y Lucas Ocampos fue una de las tónicas del encuentro que midió al Real Valladolid y al Sevilla FC en el José Zorrilla. Un partido que se resolvió de lado nervionense merced a un polémico penalti que transformó Éver Banega. Aunque en el 'pique' entre el lateral blanquivioleta y el extremo sevillista, fue el defensor quien salió vencedor.
Todo comenzaba al cuarto de hora de partido, cuando una acción en el lateral del área del Pucela acababa con Ocampos y Nacho enzarzados en una disputa en la que casi llegan a las manos. Unos pedían penalti a favor del Sevilla, pero otros, falta en ataque del argentino, que incluso derribaba al zaguero madrileño del Real Valladolid. El colegiado del encuentro, Prieto Iglesias, no se complicaba: señalaba saque de puerta y amonestaba a ambos futbolistas.
Ya en la segunda mitad, todo se calentaba aún más. Primero, con una falta de Nacho sobre Ocampos que enfurecía al atacante del Sevilla; y apenas unos segundos después, con la falta del argentino sobre el lateral blanquivioleta. Nuevamente, ambos acababan encarándose, aunque en el caso de Ocampos, también lo hacía con Javi Moyano, Sergi Guardiola, e incluso con el árbitro.
Ante tal situación, Prieto Iglesias mostraba la segunda amarilla al extremo sudamericano. No por la falta sobre Nacho en sí, más bien por lo agresivo de la reacción de Ocampos y por su agresividad, válgase la redundancia, con los jugadores del Real Valladolid. Habrá que ver qué dice el acta que rellene el colegiado, pero lo que está claro es que Ocampos se equivocaba, y así lo aseguraba su entrenador, Julen Lopetegui, en la zona mixta del José Zorrilla una vez finalizado el encuentro.