El exfutbolista del Real Valladolid, Fausto Rossi, habló en Radio Marca sobre la crítica situación que se vive en Italia desde que comenzasen los contagios por coronavirus. El futbolista se refirió a estas semanas como "días raros" y actualizó sobre la situación de los deportistas del país: "Llevamos 10 días en cuarentena y, en teoría, acabamos este fin de semana".
Reconoció que "en un principio todos lo tomamos como algo poco importante, pero pasaron los días y nos dimos cuenta de que pasaba algo realmente grave". En cambio, ahora, el coronavirus ha cambiado el día a día de los ciudadanos italianos: "Solo puedes salir de casa para cosas importantes porque hay mucho riesgo. Me paso los días en casa, si te ven por la calle te denuncian".
Además, reconoció que el problema no solo afecta a los adultos, sino que se traspasa a los niños: "Mis hijos no entienden lo que está pasando, por qué no pueden ir al parque, a la escuela...".
"No veo a mis compañeros de equipo desde hace dos semanas"
La pandemia afectó a su equipo, el Reggio Audace FC, desde el inicio del brote, pues un futbolista dio positivo: "Antes salíamos al parque a correr cada uno por su cuenta, pero desde hace tres días, ni siquiera eso. Ya no podemos entrenarnos. No veo a mis compañeros desde hace dos semanas". En teoría, regresarán a los entrenamientos el día 20 de marzo, aunque cree que "esa fecha va a alargarse mucho".
También quiso concienciar sobre la persona que hay detrás de cada futbolista: "Este problema no distingue entre ser futbolista o cualquier otro trabajo. La única diferencia es que tenemos más visibilidad para intentar ayudar a la gente. Al final, te das cuenta de que todos somos vulnerables". Por eso, se muestra muy crítico con alguna de las actitudes que se vieron ayer durante la jornada de la Champions League: "No me gustó ver a los aficionados del PSG fuera del estadio cuando las indicaciones eran claras. Tampoco lo que hizo Diego Costa a los periodistas del Liverpool, todo tiene límites".
Por último, aseguró seguir de cerca la situación que atraviesa España, y más concretamente el Pucela, su exequipo, el cual considera "su segunda casa".