"20 de abril del 2020, hola chata, ¿cómo estás?". La pregunta que nunca obtuvo respuesta se repite después de treinta años. Si hace tres décadas los Celtas Cortos recordaban la magnífica noche en la cabaña del Turmo, ubicada en el Pirineo oscense, este 20 de abril seguro que anhelan aún más esas risas con los amigos desde el confinamiento en sus casas.
El grupo vallisoletano celebrará el cumpleaños de su tema más conocido en pleno confinamiento. "Hoy no queda casi nadie de los de antes, y los que hay han cambiado, han cambiado...", tarareaba una de las canciones míticas del pop español. Tan mítica que nos da para pensar dónde estábamos hace hoy 30 años, ¿cómo estaba el Real Valladolid por aquel entonces?, ¿queda alguien de los de antes?
La temporada 1989/1990 tiene un capítulo reservado en la historia blanquivioleta. No fue una campaña liguera para recordar (todo lo contrario que la anterior), pero alcanzar los Cuartos de Final de la Recopa de Europa (y de la Copa del Rey) mantuvo la emoción de un curso en el que hasta tres técnicos pasaron por el banquillo del Nuevo Estadio José Zorrilla. La fatídica eliminatoria frente al AS Mónaco, que se decidió en los penaltis, marcó la temporada.
La era posCantatore arrancó con Josip Skoblar como entrenador, al que relevaría Pepe Moré, sustituido posteriormente por Fernando Redondo. Con Mauro Ravnic en la portería y Janko Jankovic en la delantera, los más habituales de aquel equipo eran José Lemos, Patri Sánchez, Gonzalo Arguiñano, Enrique Moreno, José Luis Pérez Caminero, Ricardo Albis, Luis Mariano Minguela, Luismi Martínez Damián, Gabriel Moya, Alberto López, Jesús Hidalgo, Manolo Peña o Goyo Fonseca.
Exactamente el 20 de abril no hubo jornada, pero sí poco antes, el día 15, con empate 0-0 frente al Real Madrid en Zorrilla, y también el 22 de abril, con derrota en Pamplona que precedería a tres empates consecutivos para cerrar LaLiga con cinco encuentros sin victorias y sólo cuatro puntos más que el primer equipo que promocionaba para descender a Segunda División.
Jesús Cifuentes, el vocalista de Celtas Cortos, escribió la letra en El Tiemblo (Ávila) durante una noche en que le invadió "la melancolía". "Yo estaba destinado como trabajador social en un instituto de Ávila y tenía que pasar un año allí antes de poder pedir una excedencia. La verdad es que me sentía un poco melancólico, como deslocalizado, y de esa melancolía salió la canción, aunque no comenzó a sonar ese año sino un año después, dentro del disco Cuéntame un cuento", ha confesado en alguna ocasión el vallisoletano sobre la canción, que es una carta a una vieja amiga.
Este 20 de abril, enmarcado en la crisis del coronavirus, Celtas Cortos sirve también para relanzar el tema con la colaboración de un amplio grupo de artistas y de trabajadores esenciales que estos días hacen frente a la pandemia. La recaudación irá destinada a la organización Médicos Sin Fronteras. Desde los estudios particulares de sus casas, los componentes del grupo han regrabado su mayor hit junto a artistas de la talla de Mikel Izal, Rozalén, Amaral, Carlos Tarque, Ska-P, Sidonie, La Pegatina, Reincidentes o Despistaos, entre otros.
Además de estas caras conocidas aparecen otras: las de los trabajadores de hospitales, de la Cruz Roja, agentes de policía, agricultores y ganaderos, empleados de supermercados y estancos, en definitiva, para "dar visibilidad a los que están en primera línea".