Hace exactamente un año, el 28 de mayo de 2019, Borja Fernández se levantaba de la cama en su domicilio de la vallisoletana Calle María de Molina para ir a una reunión que definiría su futuro en el Real Valladolid tras anunciar días atrás que colgaba las botas.
Pero ésta no se produjo. Borja fue detenido segundos después por la Policía en el marco del Caso Oikos. Fue el comienzo de una pesadilla que duró algo más de 48 horas. Lo que tardó en salir de los Juzgados de Huesca, previo paso por Madrid, de calabozo en calabozo.
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Un año después, Borja ha relatado en un vídeo publicado en sus redes sociales cómo se sucedieron los hechos desde su detención, recordando también lo que fueron sus últimos días con la blanquivioleta.